La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

La revelada intención del presidente Fernández de modificar la Constitución para reelegirse en el 2012 podría haber abierto otra fisura en la unidad del oficialismo, cuyas consecuencias inmediatas y ulteriores serían mayores que el retiro temporal del escenario electoral de Danilo Medina.

Son muchos los dirigentes del PLD que aspiran a la presidencia y los objetivos del mandatario podrían sin duda dejar en el vacío las aspiraciones de sus colegas, aquellos que en el proceso de las primarias le respaldaron bajo la presunción de que mataban dos pájaros de un tiro, pensionando a Fernández y eliminando del juego a Medina.

La frecuencia con que el Presidente se muestra en los actos públicos oficiales y en las actividades a favor de su reelección con antiguos dirigentes del reformismo, desplazando de su entorno los rostros más conocidos de su partido, está creando también celos y disgustos al más alto nivel en el oficialismo.

El Presidente ha dicho que las circunstancias decidirán si se presenta de nuevo a la reelección en el 2012.

Como la Constitución limita a dos períodos consecutivos el ejercicio de la Presidencia, seria necesario un cambio en el texto constitucional.

Para ello, el presidente necesitaría de las dos terceras partes del Congreso.

Si bien es cierto que cuenta con ese porcentaje en el Senado, obtenerlo en la Cámara de Diputados, donde algunos de sus compañeros que aspiran al cargo poseen una cuota de poder, pudiera ser más complicado.

Los deseos del mandatario de permanecer en el cargo más allá de toda lógica, revelan una ilimitada ambición de poder que podría conducirnos hacia una situación de deterioro político y situarnos en la antesala de una tiranía.

De hecho, el culto exagerado de su personalidad, con retratos suyos gigantes por doquier, sumado al uso desbordado y sin control de recursos públicos, son ya señales muy ominosas.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
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