Por Luis H. Arthur S. / El Caribe
Crisis de pensamiento
El Presidente se niega a un debate público con los otros candidatos excusándose en que en el país hay una crisis de pensamiento. Vuelvo a estar de acuerdo con él y entiendo que precisamente esa actitud de los dominicanos es su bendición, la que lo beneficia y le da vigencia. Para los que piensan es una tragedia.
También nos avisa, sin tapujos, que tan pronto gane de nuevo la presidencia, en una reelección que de lograrla será fatídica como todos, modificará la Constitución. No me explico para que gastar tiempo y dinero en modificaciones que no se respetan, pero se desea ser legalista y tener ahí plasmada la posibilidad de reelección continua.
En la última entrevista con los Directores de Diarios y Medios, el dejó caer la posibilidad de volverse a presentar en el 2012, dependiendo de las circunstancias.
Para los Dominicanos eso no sería una novedad, pues desde tiempos de Santana, Báez, Lilís, Trujillo y Balaguer, estamos habituados y hemos sufrido a predestinados, que entienden que sólo ellos piensan, sólo ellos saben, sólo ellos tienen el derecho y la posibilidad de tener ideas y de gobernar, aunque sea malamente y para retrasar y envilecer más el país.
Don Carlos Báez Evertsz en Clave Digital comenta de las recientes elecciones en Zimbabwe: “La sorpresa ha sido que ese pueblo atemorizado, manipulado, intoxicado por los medios, de que Mugabe no podía perder, sufrió una derrota esplendorosa. Los ciudadanos de Zimbabwe han considerado que era necesario decir en las urnas: ¡Basta ya, al continuismo!
La lección que los dominicanos pueden aprender es que, a pesar de lo que le venden los asesores de comunicación del gobierno, los medios de masas al servicio del reeleccionismo, de la utilización de todo el poder del Estado para convertir de hecho las elecciones en una farsa, es posible asumir una posición digna.
A pesar de todo eso, es posible que, en el momento de votar, los ciudadanos, en la soledad de la cabina electoral, elijan estar dispuestos a dar una lección de dignidad, y eviten la continuidad en el poder: uno de los peores males de la política dominicana.
Y escojan la alternancia en el poder, el mejor remedio político, para tratar de mejorar la vida de los dominicanos y hacer frente a los abusos de poder”.
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