jueves, abril 17, 2008

PULSACIONES

El Nacional, Vespertino Dominicano

POR RADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN
Durante trece horas y media cumplidas hoy -de las quince que serán el total- he escuchado las exposiciones de seis de los siete candidatos a la Presidencia en las elecciones del 16 de mayo.

A decir verdad, las novedades han sido pocas. La mayor parte del tiempo se ha ido en reiteraciones de planes y promesas ya escuchados de boca de los mismos candidatos o de colaboradores cercanos.

Entonces ¿han sido trece horas y media desperdiciadas? De ninguna manera.

Y, llegado a este punto, creo necesario confirmar lo que todos intuyen, o sea que trato sobre la hora y media que durante nueve días han agotado los candidatos presidenciales invitados por el Grupo de Comunicaciones Corripio a exponer sus programas por los canales 2, 11 y Coral 39.

A mí me ha servido para actualizarme en un montón de cosas que había dejado atrás y para comprobar que si por buenas intenciones fuera, República Dominicana sería un país sin problemas.

Entonces pregunto por qué esas buenas voluntades no se unifican y halan todas hacia un mismo lado, en lugar de las habituales confrontaciones que a nada bueno han conducido hasta ahora.

Es posible que sea una utopía absurda y hasta impropia de gente que haya pasado la vida precisamente tratando con gente, y que debía, por tanto, conocer a esa gente como el que más. Lo que no entiendo, sin embargo, es por qué no puede ser de esa manera. A menos, claro está, de que todo sea un carnaval de hipocresías y que todo es absolutamente mentira.

Pero yo sigo con la utopía y pregunto, por ejemplo, ¿qué se opone a que todos los candidatos, luego de las elecciones, celebren una cumbre única en el mundo para tratar de llegar a acuerdos que beneficien al país¬

¿Qué diablos se opone a eso?

¿No es acaso preferible y más útil que las reclamaciones que sistemáticamente se han producido después de cada elección y que se pronostica que ahora se repetirán, aunque con peores presagios que en oportunidades anteriores?

La palabra "ingobernable" para referirse a República Dominicana se ha repetido desde varios litorales de la Oposición para en caso de que se proclame ganadora a la reelección presidencial.

Pensemos un momento lo que podría suceder si la inconformidad se produce en las esferas del oficialismo, con el pretexto que sea, si le dicen que debe bajar del Palacio en contra de su voluntad.

El asunto es palo si bogas y palo si no bogas, con una sola víctima posible, República Dominicana, aun sabiendo que cuando naufrague República Dominicana perecerán todos sus hijos, buenos y malos, por efecto de la intransigencia.

Y son esos hijos los principales y hasta únicos encargados de evitar una hecatombe de dimensiones colosales.

Porque, caballeros, no todo puede dejársele a la Virgencita de la Altagracia.

rgomez@elnacional.com.do

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