BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
El ingreso del ex presidente Hipólito Mejía Domínguez a la campaña electoral es muy beneficioso para la candidatura Miguel Vargas-José Joaquín Puello. Hipólito es un importantísimo activo del partido, ahora que los más viejos descansan después de haber trabajado por el país en la guerra y en la paz...
Conocedor profundo del alma dominicana. Identificado con las mejores aspiraciones del pueblo dominicano, ha llevado una vida de trabajo y honestidad que nadie se atreve a cuestionar.
Con una epidermis de elefante, soporta críticas y es capaz de perdonar hasta a quienes lo insultaron mientras ejercía la Presidencia de la República.
Nunca olvidaré cómo llegaron al antedespacho del Presidente los miembros del escuchado programa radial El Gobierno de la Mañana, después de haberle faltado a la investidura presidencial. Hipólito los recibió, les escuchó las excusas y todo el mundo terminó compartiendo una sonrisa de renovación de amistades que no fue el mandatario quien tiró la primera piedra.
Quien divide, traiciona, era una de las más socorridas consignas de la década de 1960 en el Partido Revolucionario Dominicano. El Partido se ha dividido en varias ocasiones y en todas ha perdido el poder.
Había otra consigna que gritábamos en las convenciones y en muchas intervenciones radiales o de televisión: El PRD unido, jamás será vencido. La unidad de propósitos, los objetivos comunes y la fuerza de todos halando la carreta en la misma dirección han hecho posibles los mejores gobiernos del país, desde la muerte de Trujillo en 1961.
Bosch regresó al país en abril de 1970 para quebrantar la unidad de la oposición y proponer la abstención electoral, la cual funcionó a favor del presidente Balaguer.
El PRD se dividió en 1973, cuando Juan Bosch y Joaquín Balaguer jugaron la carambola contra el cansancio del régimen repudiado y repudiable del último. Nuevamente, Balaguer se quedó en el poder en 1974. Las diferencias entre el presidente Salvador Jorge Blanco y el presidente del Senado, Jacobo Majluta, provocaron la debacle en 1986. El PRD ganó las elecciones de 1994 pero se permitió que el doctor Balaguer gobernara dos años más para evitar un posible enfrentamiento armado de imprevisibles consecuencias. Ello, aunque todo estaba planeado para impedir una nueva burla a la voluntad popular. Ante el mal gobierno del presidente Leonel Fernández en 1998, el PRD ganó la mayoría congresional y municipal. En el 2000 ganamos las elecciones presidenciales. En el 2002, ganamos 30 de 31 senadores y las cuatro quintas partes de los municipios. En el 2004, divididos, con francotiradores internos y externos, sacamos un millón 215 mil votos con el candidato Hipólito Mejía capeando la peor crisis económica del país, sin aumentar los impuestos, conteniendo el sunami de tres bancos quebrados en el mismo año.
¿Usted cree que ese millón 215 mil votantes perredeístas ha desaparecido?
No sea bruto, compadre. Nuevamente estamos unidos. A votar y a defender el voto en cada urna.
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