miércoles, abril 30, 2008

Bolivia y la encrucijada regional


Javier Farge BBC, Mundo/Servicios Google
"Si Bolivia se desestabiliza, no habrá gas para Brasil". Esta advertencia, que podría sonar a amenaza, fue hecha por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, luego de la cumbre de la semana pasada de la llamada Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA, en Caracas.
Pero no sólo se trata de una consecuencia de carácter puntualmente gasógeno.

El referendo autonómico que llevará a cabo este fin de semana Santa Cruz y sus posibles ramificaciones puede convertirse en un elemento de desestabilización a nivel regional.

En términos comerciales, la industria brasileña y los hogares argentinos podrían convertirse en víctimas del desabastecimiento.

Más de la mitad del gas que importa Brasil viene de Bolivia.

En el caso de Argentina, aunque este país importa menos de 10% de su suministro de gas, la llegada del invierno podría obligarlo a usar sus propias reservas, algo que el gobierno de Cristina Fernández quiere evitar a toda costa, ya que se están agotando.

Gas y población

Y la mayor parte del gas boliviano provienen de las regiones que reclaman al gobierno la instauración de un régimen de autonomías: Santa Cruz y Tarija.

Pero el tema no es sólo energético. Según dijo a BBC Mundo el analista boliviano Winston Moore, de la empresa consultora Moore Asociados, las consecuencias regionales también hay que medirlas en términos de la emigración creada por una posible crisis política que derive en violencia.

Es este escenario el que más temen los países vecinos. De hecho, hace varios meses la cancillería argentina comisionó un estudio para determinar el posible impacto de un eventual conflicto en Bolivia.

Según las conclusiones de dicho estudio, "un mínimo de 600 mil y un valor máximo prudente de 1 millón de potenciales refugiados" se desplazaría a Argentina, y "el costo de mantener estos refugiados va desde un mínimo de US$438 millones anuales a un máximo de US$730 millones".

En términos políticos, el referendo para validar un estatuto autonómico previsto para este fin de semana en Santa Cruz también podría tener sus consencuencias.

El proyecto ideológico del Presidente Hugo Chávez, un aliado firme del presidente Evo Morales, podría sufrir un temblor con proyecciones de terremoto.

Ideología

De ahí que la reunión del ALBA del fin de semana fue de alto nivel, con dimensiones de cumbre presidencial.

Y es que la solidez del plan de Chávez depende en gran parte de la estabilidad de los países que participan en él.

"El proyecto (ideológico) de Hugo Chávez se ha expandido en los últimos años. Si lo de Bolivia se desbarrancara, que es una posibilidad, la viabilidad de esa alternativa como proyecto regional está en cuestión", dijo a BBC Mundo el profesor Luis Pasará, del Instituto Interuniversitario de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.

"Lo que puede servir como elemento ilustrativo, del cual hay que alejarse, es que esa extrema polarización que ha propiciado el gobierno de Evo Morales, más o menos bajo el patrón de Hugo Chávez, no lleva a ningún sitio" dice Pásara.

Al mismo tiempo, la polarización boliviana es vista con una preocupación silenciosa pero genuina en Ecuador. Según Pásara, a la clase gobernante ecuatoriana le está sirviendo la lección boliviana para evitar caer en la misma crisis.

Un poco más cerca, otros dos vecinos de Bolivia, Perú y Chile, también miran con atención la crisis.

En Chile, el recientemente acercamiento con el gobierno boliviano puede verse nuevamente frustrado si la crisis política se agudiza.

Tal vez como reflejo de la preocupación regional, la Organización de los Estados Americanos está buscando ayudar y emitió el padado fin de semana una firme muestra de solidaridad al gobierno de Evo Morales exigiendo a los gobernadores regionales que busquen el diálogo.

Sin embargo, todavía hay que ver si este esfuerzo logra su efecto, mientras la región mira ansiosa los acontecimientos en un país que, en más de una ocasión, ha producido ondas de shock en la región.

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