Alba citó formas fonéticas espantosas en el habla de españoles cultos, aunque ellos no se ruborizan ni se sienten a menos por eso, evidenciando en el hecho que las mismas hacen presencia natural en las noticias de TV
Por Claudia Fernández Lerebours / El Caribe
Era diferente mi hablar cotidiano y mi hablar al narrar la noticia. La apreciación me fue comentada de manera casual y pintoresca, por miembros del personal técnico de Ciespal durante un curso internacional de periodismo de televisión en 1994 en ese organismo.
Participaban periodistas, camarógrafos y editores de noticiarios televisivos de Colombia, Bolivia, Venezuela, República Dominicana y Ecuador, país sede.
Reviví la anécdota a partir de los planteamientos del lingüista dominicano Orlando Alba, catedrático de Lingüística Hispánica de Brighan Young University, en Utah, durante un reciente conversatorio en la PUCMM que versó sobre la variación fonética del español en las noticias de televisión en el país.
Alba comparó el uso del español por parte de periodistas y locutores de noticias de televisión con el habla de gente culta de diferentes ámbitos de la vida nacional.
Mediante su investigación estableció que a nivel del hablante culto dominicano, entendido éste como aquella persona con alto nivel educativo, se pronuncian las “s” con arrastre, muchas veces cuasi jota. No falta quien se las coma, con la mayor naturalidad, como rasgo común del hablar criollo en general.
En contraste, en las noticias de televisión, los presentadores, periodistas, locutores, pronuncian la “s” en una forma fuerte, bien resaltada, regularmente.
Para el autor de la obra “Cómo hablamos los dominicanos”, esa clase de pronunciación acusa falta de naturalidad y está afectada de sobrecorrección Alba sostiene que entre los dominicanos prevalece una inseguridad lingüística, es decir, cierto complejo de inferioridad en cuanto a nuestra forma de hablar el español.
Esto nos lleva a suponer que procurar pronunciar la “s” como en España, por ejemplo, como modelo por antonomasia, es la forma correcta de hablar de la gente bien educada.
No obstante, Alba citó formas fonéticas espantosas en el habla de españoles cultos, aunque ellos no se ruborizan ni se sienten a menos por eso, evidenciado en el hecho de que las mismas hacen presencia natural en las noticias de televisión y otros escenarios de expresión pública.
El investigador presentó ejemplos de países de habla hispana donde no ocurre el fenómeno de variación fonética en las noticias de televisión que se verifica en la República Dominicana.
Su recomendación entonces va dirigida a que los presentadores de noticias de televisión obvien la sobrecorrección, haciendo una pronunciación relajada de la “s”, a partir del modelo del dominicano culto. “Si hay un pueblo que se come la S es éste”, valoró.
Vale aclarar que Alba no saluda una falta de pronunciación de las eses, sino que se evite la artificialidad derivada de perseguir formas fonéticas no conformes con el habla criolla.
Una presentadora de noticias presente en la charla lamentó que esa pronunciación artificial cuestionada por el lingüista, era exigencia sine qua non en dicho oficio.
Con sus deliciosos planteamientos, Alba es de los que llama a que los dominicanos nos conozcamos mejor a nosotros mismos, nos aceptemos más como pueblo y superemos esa inveterada tendencia a infravalorarnos.
Claudia Fernández Lerebours es periodista
lunes, abril 28, 2008
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