Sin temor ni favor

Por Luis H. Arthur S. / El Caribe

Empresas eléctricas III

Para hacer lo que la ley le manda, CDEEE Corporativa necesitaría unos 30 empleados o menos, no 1,317, pero las cosas se acomodan a las conveniencias políticas, trayendo más distorsiones al sector, que todos pagamos con tarifas altas, apagones y subsidios, sin ver cómo vamos a poder lograr el saneamiento de tantas mañas y politiquería.

Por desgracia no termina ahí. La CDEEE tiene un Consejo de Administración de 7 miembros que cobran c/u entre RD$150 mil y RD$200 mil mensuales, más otros beneficios.
Las dos nuevas empresas tienen sendos consejos de 7 miembros con iguales ingresos, y para colmo, la empresa de Electrificación Rural y el PRA (UERS-PRA) tienen otro Consejo de Administración de 5 miembros.

En general, casi ninguno de sus integrantes son especialistas como ya dije en noviembre de 2007.
Es incomprensible cómo una división de la CDEEE, antes dependiente de transmisión, tenga otro consejo y sea deliberante y siendo parte integral de otra. Eso administrativamente es totalmente inadecuado, pero en el Gobierno y el Estado nada es imposible.

Si sumamos los empleados de la CDEEE y UERS-PRA de 2,129, los 5,407 de las tres distribuidoras, los 810 y 812 de las Hidroeléctrica y Transmisión, contabilizamos los miembros de 7 consejos de administración, de 7 administradores y todo su sistema de apoyo, más lo de las empresas generadoras capitalizadas, el organismo coordinador y la Superintendencia con sus respectivos consejos, administradores, etc., y sin Haina e Itabo, lo comparamos con los que tenía de CDE, un sólo Consejo, un sólo administrador, y unos 3,000 empleados, llegamos a la conclusión que e´pa ´lante que vamos, y que la bendita capitalización no ha sido más que un negocio para compañeritos, para empresas generadoras y distribuidoras que hacen lo que les da la gana, sin que la Superintendencia, también nueva, haga su trabajo bien.

Los déficits son mayores, la empleomanía y los gastos muchas veces más, los precios sumamente altos y los apagones cada vez mayores.

La Comisión Nacional de Energía ahora es la llamada a establecer la política energética del país y los planes de expansión.

Todavía hay más.
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