viernes, abril 18, 2008

Candidato mesiánico

Lic. Luis Ma. Ruiz Pou
18/04/2008, Santo Domingo, Rep. Dom.

Se dice que la historia de la humanidad está llena de héroes y santos. Que los primeros se desempeñan en el terreno político, porque su actividad tiene que ver con la sociedad a que pertenecen y esa actividad puede ser política. Los segundos, son los que llevan a similares espacios, pero con el arma de las creencias religiosas; en última instancia, tanto los unos como los otros, se presentan a sus respectivos pueblos como sus redentores. Son los que dicen que redimirán a los pobres de sus miserias materiales y de sus miserias “espirituales”.

Mesianismo: Primero:“Doctrina relativa al Mesías.” Segundo: “Confianza inmotivada o desmedida en un agente bienhechor que se espera.” (Real Academia Española)

Reflexionamos en torno a la segunda acepción y en el plano histórico, por tanto no hablaremos del Mesías en cuanto a “Hijo de Dios, Salvador y Rey descendiente de David, prometido por los profetas al pueblo hebreo”. Hablaremos del “sujeto real o imaginario en cuyo advenimiento hay puesta confianza inmotivada o desmedida.” Por tanto, nos referiremos a un político preciado de grandes condiciones, que dice contar con una carga simbólica de “esperanza” para una sociedad sumergida en crisis política, económica y social.

Sobre este fenómeno político es que podemos comprender a un personaje que es hoy objeto de cuestionamiento por parte de muchos ilusionados que creyeron que él se convertiría en el símbolo del respeto a las leyes, la lucha contra la corrupción y el continuismo de Estado por la vía de la “re-elección”.

Los líderes políticos que se consideran mesiánicos, tienen por orgullo adelantarse a la historia y, por ello, sus ideales no son realizables, ni siquiera en sus propias vidas. La estructura de las sociedades es una unidad de materia viva y materia muerta; las personas forman parte de una estructura material, real, objetiva, que no depende de ellas en forma alguna.

Esto de mesiánico viene al caso, porque el presidente de la República, Leonel Fernández Reyna, intenta por todos los medios perpetuarse en el poder político; por esa razón pido a los lectores que reflexionemos, ya que en los países con democracia sólida sólo admiten una reelección.

Leonel se muestra como un candidato irracional, que no vive la objetividad del momento. Se sitúa por encima de la sociedad y por eso la desprecia, al considerar que la misma “no sabe conceptualizar”…“es una ridiculez”...“hay una crisis de pensamientos”. Es por ello que carece de objetividad, puesto que él mismo, ha dado demostraciones de sufrir fuga de ideas cuando no es abordado por sus corifeos.
Aprovechando la incultura y la miseria económica de su comunidad, aplica sus condiciones de un arbitrista, que es la “Persona que inventa planes o proyectos disparatados, para aliviar o remediar males políticos.” (Real Academia Española).

“La racionalidad no crea héroes ni santos, la racionalidad es la esencia de lo real, el conocimiento de lo real, de lo existente material y ajeno a la subjetividad que se traduce en un idealismo y, en el mismo irracionalismo, que así como venera a santos y héroes, venera criminales y genocidas de la humanidad”, cita del autor Ulises Casas Jerez.

Tomemos de ejemplo la realidad que vivimos con Joaquín Balaguer, también proclamado un predestinado, quien fue un político mesiánico que se consideraba el agente “bienhechor” que llegó para redimir al pueblo y al reino de los malos, como se tipificó a los comunistas. Llevó a cabo una potente campaña “publicitaria” que le permitió continuar en el poder durante aquellos fatídicos 12 años.

Pero, hay que concluir que ningún político es imprescindible y, así, hay que tener la grandeza de espíritu suficiente para dejar el poder público cuando corresponde. Para las próximas elecciones, la gran mayoría de esta sociedad tendrá conciencia de ser un pueblo que rechaza el mesianismo y la re-elección.

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