¿Loco o desfasado?

El Nacional, Vespertino Dominicano

POR RAFAEL PERALTA ROMERO
Hace poco se publicó en la prensa escrita la insólita declaración del secretario de Agricultura diciendo que el país puede exhibir con orgullo “el exceso de alimentos que existe en todos los renglones producidos en la zona rural”.

Parece que ese señor, cuya apariencia en nada refiere al trabajo del campo, confunde la despensa de su dichoso hogar con la situación de todos los que para nada guarda relación alguna con abundancia alimentaria.

En un país agrícola que importa plátanos, que es parte de la dieta habitual, no puede hablarse de abundancia. Mucho menos de excesos en la producción. Los precios de los alimentos andan tocando el cielo, lo cual contradice grandemente la supuesta abundancia de la comida.

La eficiencia publicitaria no es igual que la eficiencia en la producción. De un gobierno que sepulta los ingresos del Estado en una obra que nadie necesita y la otra parte la distrae en propaganda partidaria, no puede esperarse que ponga el campo a producir.

El mismo día que el acicalado secretario de Agricultura expresó esto, Teleantillas divulgó un reportaje objetivamente elaborado por la periodista Awilda González en el que se daba cuenta de que unos supuestos mercados rodantes, inventados por la ingeniosa publicidad oficial, no aparecían por ninguna parte. Un amplio recorrido de los reporteros del citado canal incluyó la consulta a muchas personas, ciudadanos de la marginalidad, con el hambre estampada en el rostro, y ninguna aceptó haber visto los deseados camiones de alimentos enviados por la Secretaría de Agricultura.

El mismo día en que la prensa publicó que el secretario de Agricultura aseguró que el país cuenta con abundancia de alimentos y que por tanto no debemos temer a la crisis de los mismos “porque hay de todo”, pude ver en la televisión un mensaje publicitario, de abierta propaganda reeleccionista, en la que se asegura que el Presidente paga a los productores….Al final del mismo, el logo de la dependencia oficial indica que esa propaganda partidista la paga la cartera que dirige el señor Salvador Jiménez con recursos de todos nosotros. ¡Válganos Dios!

Los productores del campo se quejan de la ausencia de una política de autosuficiencia alimentaria. Por ejemplo, el doctor Cesáreo Contreras, una voz muy autorizada, reclamaba recientemente del gobierno una política seria de apoyo a los productores del campo.

Aquí se importa, además de plátano, el 40 por ciento de la leche que se consume en el país, pero no parece que para el gobierno la producción de leche resulte una prioridad.

Estos hechos sólo pueden pasar en un país donde se ha perdido la vergüenza y donde todos venimos siendo cómplices, por actitudes y por silencios, de que ocurra ese gran culto a la mentira y al deshonor. La gente grita de hambre y este hombre proclama abundancia de alimentos. ¿Por qué no llegan éstos a los necesitados?

A mí me parece que ante semejante situación, Juan Bosch hubiera opinado: “Ese señor está loco o es sinvergüenza”.