El Nacional, Vespertino Dominicano
POR JUAN JOSÉ AYUSO
La campaña electoral del Partido Revolucionario y el candidato Miguel Vargas, presenta a una figura femenina con posibilidades de proyección futura.
En entrevistas para la televisión, la radio y los diarios, Geanilda Vargas se desempeña con acierto y eficacia, sin perder la compostura y sin permitir que una u otra pregunta necia o capciosa se la haga perder.
Además, y en lo que toca a televisión, su apariencia es agradable, como la sonrisa que exhibe, no importa la envergadura de la denuncia que formule.
Dirigente del PRD, Geanilda no había tenido hasta el presente mayor responsabilidad nacional que cumplir de parte de su partido.
En el pasado inmediato –elecciones provinciales- se presentó como candidata pero los candidatos a senador, diputado, síndico y regidor, sin importar sus condiciones, no logran mucha atención de los medios.
En la presente oportunidad, la dirigente perredeísta fue responsabilizada de un área de contacto con la prensa, en el orden de recontar las actividades diarias y de fin de semana del candidato Vargas, y admira el talento y la eficacia con los que lo ha hecho.
Y sorprende, porque se trata de un partido que hace mucho tiempo –quizá como todos los demás- anda en rojo, en materia de presencia femenina, talento y juventud, en una dirigencia que es casi toda masculina y ancestral.
Además, la tradición de la actividad femenina en los partidos, aunque en casos del pasado y del presente ha sido certera y notable, suele ser relegada en la mente de dirigentes a tareas más o menos secretariales, cuando no a la discreta gestión de buscar el café.
Geanilda no es una mujer, que pueda ser calificada como tal de despampanante ni de “super” bonita pero su actividad y su discurso obvian que el televidente tenga que ser atraído por esos méritos de superficie que tan poco tienen que ver con la acción política.
Después de que se la oye exponer, es inevitable fijar los ojos en la mujer que habla y entonces, aunque no es despampanante ni bonita, el juicio general es el de que es una persona atractiva, agradable, seductora y con “menudo para devolver”.
Quizá su atractivo personal sea el de proyectar una imagen ingenua o inocente en cuyas palabras no se supone malicia y menos perversidad. Y esto es un valor en la acción política. Inestimable.
De parte del PRD y de su candidato Vargas ha habido esta suerte de regalo a la tanta gente, feminina y masculina, que se interesa por la política y por la campaña, porque Geanilda transmite informaciones y consignas pero no estrés ni mercadeo de catástrofes.
Y todo lo dice con el convencimiento y la gracia de lo que debe ser creído.
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