Listín Diario
JC Malone
NUEVA YORK.- Aquí están todos los ingredientes de un chisme delicioso: dinero, poder, secretos sexuales revelados y muchísima hipocresía, pero esto no es un chisme. Frecuentes escándalos sexuales en el liderazgo político-religoso revelan cómo la hipocresía controla nuestra sociedad.
Muchos sacrosantos varones cristianos sucumbieron a las bajas tentaciones de la carne. El reverendo Jimmy Swaggart acusó al reverendo Marvin Gorman de fornicar con sus parroquianas. Luego dijo que Jim Baker, otro reverendo, cometía tantas “inmoralidades sexuales” que era un “cáncer en el cuerpo de Cristo”. Y Swaggart terminó cayendo en tentación, fotografiaron su fornicación adúltera con una prostituta. El reverendo Jessie Jackson decía ante la televisión nacional, que oraba por el perdón de los pecadillos de Bill Clinton y Mónica Lewinsky, pero mentía.
Nos engañó a todos, porque rezaba por el perdón de sus propios pecados, en ese momento Jackson ya había embarazado a su secretaria. Y Ted Haggard, de Colorado Springs, un pastor homofóbico y activista antidrogas militante, confesó que se endrogaba y entregaba a la fornicación con otro varón. El arzobispo Earl Paulk, de una mega iglesia protestante en Atlanta, confesó que embarazó a la esposa de su hermano. Y un hombre de 34 años, quien creía ser su sobrino, descubre que en realidad es su hijo. Luego descubrimos horrorizados que las mismas manos que le ponían la santa hostia en la boca a los fieles, manoseaban monaguillos quizá momentos antes de la misa.
Ahí mismo, tras ciertos altares de la santa Iglesia Católica Apostólica y Romana. Y algunos cardenales, sabiéndolo, callaron protegiendo a los pedófilos, desprotegiendo a los niños. Es difícil imaginar algo más abominable, despreciable e imperdonable. Si los santos varones de Dios se comportan así ¿qué no harán los políticos corruptos, inmorales, impuros, impíos, inconversos y pecaminosos? Ellos tienen su propia jugosa historia.
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