El propio Presidente de la República justificó el hecho al declarar que “si no paga el gobierno se cae”.
Julio R. Cordero/Clave Digital
La tradición manda que antes del inicio de un nuevo año el Poder Ejecutivo emite un decreto que designa y dedica ese período de 12 meses a algo que se quiera promover o impulsar, asignando para ello una gran parte del presupuesto.
Es así como diferentes años se han dedicado al agua, a la vivienda, a la educación, a la salud, al ahorro energético, a la niñez y hasta al libro y la lectura, como fue el pasado 2007.
Basándonos en los eventos de los primeros 3 meses del corriente, este 2008 debería ser designado como el Año del Transfuguismo, la Desesperanza y la Mentira, por ser estas las cosas que más se han impulsado desde el Palacio Nacional, sobre todo, a través de la adquisición de políticos que pertenecían a los partidos de oposición y que, por un decreto o promesa de decreto, han pasado a formar parte del partido de gobierno y, por tanto, de la campaña por la reelección.
De esta situación no se ha salvado ni siquiera uno de los guardaespaldas del extinto líder del principal partido de oposición, que quizás tenga algo qué aportar desde el punto de vista de su ocupación pero no de propuestas para un mejor gobierno.
La desesperanza la provoca el abuso en el uso de los recursos del Estado para promover la candidatura del actual presidente, como es, por ejemplo, pagar a los dirigentes de los Comités de Base del PLD sin rendir ningún trabajo.
El propio Presidente de la República justificó el hecho al declarar que “si no paga el gobierno se cae”, provocando que la JCE emitiera una resolución condenatoria que, seguramente, no se cumplirá porque no hay voluntad política para institucionalizar el país.
Igualmente Participación Ciudadana, en el informe de observación electoral que realizó, ha mencionado el excesivo gasto oficial en publicidad política y el hecho de que 13 de 16 Secretarios de Estado han abandonado sus puestos para integrarse al comando oficial de campaña, incluyendo “el contralor general, procuradores fiscales y ayudantes y hasta funcionarios del Banco Central, mientras embajadores y cónsules han sido llamados para que vengan a dar ayuda”.
La mentira está latente en el caso de la Sun Land, acerca del cual el gobierno negó haber “obtenido empréstitos por un monto total de 130 millones de dólares”.
Hasta el propio Presidente de la República, en una reunión con los directores de medios, dijo que “ninguno de esos compromisos de pago han sido asumidos por el gobierno”, para luego tener que admitir por vía del Secretario de Estado de Economía que “el gobierno dominicano ha estado saldando los pagarés que emitió a través de la empresa Sun Land por medio de una carta de crédito que abrió en un banco comercial del país”, reconociendo que “el gobierno falló al no ofrecer las informaciones completas”.
Todas estas denuncias contienen graves violaciones a las leyes y obvios ejercicios de corrupción.
jueves, abril 10, 2008
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