La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

La doctora Margarita Cedeño, esposa del presidente Fernández, me envió un excelente y anticipado regalo de Navidad, que aprecio como ella no puede imaginarse y que puede servir de lección a los demás servidores del gobierno en ocasión de las fiestas de fin de año, en que se acostumbra a hacer grandes y costosos obsequios a periodistas.

Se trata de un voluminoso libro testimonial de un testigo excepcional de acontecimientos que cambiaron la historia del mundo, en uno de los periodos más críticos de la humanidad.

El autor es John Colville y el libro se titula “A la sombra de Churchill. Diarios de Downing Street 1939-1955”. La tradición en esa época es enviar canastas con bebidas variadas y frutas propias de la ocasión, cajas de whisky o de vinos envejecidos.

Los secretarios de Estado y los jefes de departamentos descentralizados suelen gastarse millones de los presupuestos oficiales para halagar periodistas o pagar favores mediáticos.

Muchos colegas se la cobran en los meses siguientes con sus reportes cuando resultan víctimas de las amnesias navideñas de los funcionarios.

El gentil obsequio de la primera dama constituye una excelente iniciativa. Si se imitara su gesto, el gobierno podría ahorrarse grandes sumas de dinero con las que podría mejorar la ayuda humanitaria a tantos dominicanos afectados por los recientes temporales que tanto la necesitan.

En lugar de regalos costosos, los funcionarios deberían enviarles libros o cartas a los periodistas informándoles que el dinero de las canastas se ha reservado a tales fines, remitiendo esos fondos a fundaciones como Sur Futuro y otras ONGs de reconocida seriedad.

En lo que a mí concierne, con el libro que me enviara la doctora Cedeño tengo suficiente. Supongo que en solidaridad con tantas víctimas de la tormenta Noel necesitados de ayuda, mis colegas pensarán lo mismo. Voy doble contra sencillo.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do