Distraídos por el carnaval electoral, Gobierno, liderazgo político y sector privado no parecen advertir espesos nubarrones que se ciernen sobre el firmamento mundial que anuncian peligro de una gran crisis financiera a nivel global, cuyos resultados serian aún más devastadores para economías emergentes como la dominicana.
Ya se sabe que la economía internacional ha ingresado en un período de estancamiento o de lento crecimiento a causa del alza en los precios del petróleo, la crisis financiera e inmobiliaria de Estados Unidos y la crónica debilidad del dólar estadounidense.
Esas turbulencias han obligado a la Reserva Federal de Estados Unidos y al Banco Central Europeo (BCE) a tomar medidas de contingencia para evitar una crisis monetaria mayor en las zonas del dólar y del euro.
Un tímido programa presentado por el Gobierno para afrontar la crisis del petróleo no ha concitado mayor atención de la oposición política ni del sector productivo, más atentos al torneo electoral o a su desenlace, sin que ninguno de los actores advierta el peligro que se cierne sobre la estabilidad macroeconómica.
La Reserva Federal admite la existencia de “tensiones crecientes en los mercados monetarios” y anuncia que inyectará liquidez al sistema bancario estadounidense para evitar un colapso. Una primera partida será de ocho mil millones de dólares.
Por su lado, el BCE también reconoce “tensiones en el mercado monetario del euro” y adelanta que pondrá a disposición de los bancos más liquidez de la necesaria para que puedan cumplir sus obligaciones de reservas mínimas.
Analistas de Citigroup consideran que la crisis del sector inmobiliario estadounidense, el alza del petróleo y la turbulencia financiera en esa nación mantienen “un nivel de incertidumbre inusualmente alto”, aunque cree que no ahogará la economía mundial.
Sin embargo, ese grupo financiero anunció que despedirá otros 45 mil empleados, de su plantilla de 320 mil. En una primera ronda canceló a 17 mil trabajadores, equivalente al cinco por ciento.
El ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, advirtió que la crisis en el mercado de viviendas, cuyas ventas disminuyeron en un 14 por ciento, no se detendrá en el 2008, al considerar que fue el eslabón más débil en el sector financiero internacional.
¿Tan lúgubre panorama no debería concitar una mayor atención de Gobierno, oposición y sector productivo?
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