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AJN.- El diplomático israelí remarco que “el totalitarismo religioso no puede ser vencido por las armas”, sino “enfrentado en escuelas, mezquitas y sinagogas”. Durante el coloquio, realizado en la Universidad Austral, el musulmán Omar Abu Arab sostuvo que “el fundamentalismo es un exabrupto de la religión”.
La humanidad atraviesa una época en la que el resurgimiento y la manipulación del etnocentrismo y el fundamentalismo religioso constituyen “una amenaza clara” debido a que “levantan muros de intolerancia que separan a pueblos y religiones”, evaluó el diplomático israelí Shmuel Hadas durante un coloquio sobre “La religión en la política internacional” realizado este martes en Buenos Aires.
“Se habla de que la Tercera Guerra Mundial es contra el totalitarismo religioso. Esta vez no es un totalitarismo que puede ser vencido por las armas, sólo puede ser enfrentado en las escuelas, en las mezquitas y en las sinagogas” mediante “el pluralismo”, dijo el primer embajador de Israel ante la Santa Sede.
Por su parte, el secretario de Cultura del Centro Islámico, Omar Abu Arab, expresó que “el fundamentalismo es un exabrupto de la religión” que no tiene “nada que ver con los fundamentos” de la fe, advirtió que “Dios no bendice ninguna bomba” y sostuvo que “quien hace ese tipo de cosas, sea quien sea, se aleja de la realidad y la verdad”.
También participó en la charla, coordinada por la profesora Cristina Hofkamp, el diplomático argentino José Ramón Sanchís Muñoz, quien desde el punto de vista del cristianismo consideró que la religión ha sido y es “un elemento y un fundamento para la adopción de políticas” y puso como “caso paradigmático” a “la diplomacia de la Santa Sede”.
En su disertación, Hadas manifestó que “las tres grandes religiones monoteístas han influenciado la política y lo siguen haciendo”, para luego asegurar que “hoy en Medio Oriente esto, lejos de disminuir, está aumentando”.
“Algunos se arrogan el derecho de interpretar la voluntad divina pero no piensan en el otro”, reflexionó el diplomático, quien además opinó que “numerosos conflictos se originan en cuestiones religiosas y las diplomacias no están preparadas para resolverlos”.
Según Hadas, “los líderes religiosos pueden contribuir a preparar el terreno y acompañar un proceso político”, pero “los esfuerzos deben apuntar a un mayor conocimiento mutuo” y en este aspecto “el diálogo interreligioso cobra una importancia crucial”.
En tanto, Abu Arab aseguró que “la religión como única bandera es un error”, dijo que uno de los “principios básicos” del Islam es “ver al otro como un hermano” y, en ese orden, consideró que “Israel no puede existir en forma completa, alegre, dinámica y segura” sin tener en cuenta a sus vecinos de la región.
Sanchís Muñoz, que fue embajador en Japón y director del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, mencionó el “raro caso de la Cancillería argentina, que se llama Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto”, y entre cuyos objetivos está encargarse de “la relación no sólo con la religión dominante en el país, que es la católica, sino con el resto”.
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