viernes, noviembre 23, 2007

El Amable de los pobres

Para quienes viven en el polígono central de SD, la realidad descrita en estas notas del Banco Mundial corresponde a un país desconocido. Por eso no entienden el éxito de Amable y su eslogan: “El presidente de los pobres”

Por
Manuel Quiterio Cedeno / El Caribe

Los pobres son los más numerosos, los más excluido… Es mucho lo que se puede decir, pero basta recordar algunos datos del informe del Banco Mundial sobre la pobreza:Durante el período 1997-2002, solamente un 1% de los dominicanos escapó de la pobreza, como resultado de un crecimiento muy desigual en el ingreso laboral, fuente de más de la mitad de los ingresos de los pobres.

Hacia fines del 2004, el 42% de los dominicanos eran pobres y de éstos, 16% se encontraban en pobreza extrema. En el 2004, las familias de clase media alta y alta concentraban el 56% del ingreso, mientras que las de clase baja recibían el 4%.

El país ha logrado algunas mejoras en los indicadores de educación, nutrición y salud, pero siguen por debajo del nivel que corresponde al ingreso del país.

La tasa de mortalidad materna disminuyó, pero en el 2002, 178 madres murieron por cada 100,000 nacimientos con vida a pesar de que el 98 por ciento de los nacimientos fueron atendidos en centros de salud.

El acceso a servicios básicos confiables continúa siendo deficiente. Un hogar promedio dominicano conectado a la red de energía eléctrica y de agua por tubería recibe diez veces menos electricidad que un hogar latinoamericano típico y, a lo sumo, el equivalente a tres días del servicio de agua a la semana.

Uno de cada tres jóvenes entre 18 y 25 años no completa la escuela primaria y un tercio de los que terminan, no acaban la secundaria. Un niño dominicano pobre, aún si termina el bachillerato, habrá permanecido en la escuela 3 años y medio más de lo necesario.

El sistema tributario tiene disposiciones que favorecen más a la clase alta y media alta, que a los pobres. Más de la mitad de las exenciones del ITBIS van a los hogares más acaudalados, y las exenciones tributarias sobre las propiedades e intereses al ahorro también favorecen mayoritariamente a los más ricos.

Para quienes viven en el polígono central de Santo Domingo, la realidad descrita en estas notas del Banco Mundial corresponden a un país desconocido.

Por eso no entienden el éxito de Amable Aristy con su eslogan: “El presidente de los pobres”; y su campaña carente de ideas, pero repartiendo dinero, gallinas, cerdos y alimentos, al mejor estilo balaguerista. Algunos recuerdan al tractor de Fujimori en Perú.

Manuel Quiterio Cedeño es periodista
mquiterio@cicomnews.com

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