viernes, noviembre 09, 2007

El mundo de la mosca de la fruta

Servicios Google/elmundo.es, Madrid

MADRID.- Las pruebas de ADN que se emplean en criminología para buscar la 'huella' del culpable o los tests de paternidad probablemente no se hubieran podido desarrollar de no ser por algunos estudios realizados en la mosca de la fruta. Este insecto es uno de los mejores modelos para conocer la biología genómica de los animales y de los humanos. Ahora un equipo internacional de investigadores ha publicado los resultados de la secuenciación y el análisis de los genomas de 12 especies de moscas del género 'Drosophila', trabajo que abrirá la puerta a mucha más información sobre cómo se construye un individuo.

Probablemente sin la existencia del correo electrónico no hubiera sido posible la realización de este trabajo formado por más de 40 estudios que serán publicados próximamente por revistas científicas como 'Genome Research' o 'Genome Biology' y cuyas principales conclusiones han sido recogidas en 'Nature'. Más de un año de intercambio de emails dio lugar a la determinación de los grupos y proyectos que iban a participar en estas investigaciones. Finalmente, científicos de 100 instituciones en 16 países diferentes han sido los responsables de este primer análisis.

"A partir de todas las propuestas, se eligieron las más interesantes y los aspectos en los que se iba a trabajar. Se trataba de buscar especies separadas en un espacio de tiempo no muy grande pero tampoco muy cercano para poder ver los cambios genéticos evolutivos", explica Alejandro Sánchez-Gracia, investigador del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que trabajó en uno de los proyectos mientras formaba parte del equipo de Julio Rozas en la Universidad de Barcelona.

Ese fue el inicio de los resultados publicados ahora y que constituyen también una mínima parte de lo que puede dar de sí estos trabajos. "Es la punta del iceberg. Acabamos de secuenciar los genomas y hemos hecho un primer 'escaneo' de lo más interesante. Antes de pasar a otras especies hay que realizar mucho trabajo con estos datos", asegura Sánchez-Gracia.

Más de un siglo de estudios

Este investigador reconoce que la mayoría de las personas desconocen la importancia de la mosca de la fruta para el avance científico. Sin embargo, como apunta, al estudio de este animal se le ha dedicado algo más de un siglo. Este hecho, su simplicidad y la similitud en los procesos biomoleculares con los del ser humano, permite obtener un mayor volumen de información básica.

El 50% de los genes de este tipo de mosca son similares en su estructura y función a los de los mamíferos. Además, cerca del 61% de los genes implicados en las enfermedades humanas que se conocen tienen una contrapartida identificable en el genoma del insecto. Además, su breve ciclo vital facilita los estudios sobre los procesos biológicos.

"Podemos hacer experimentos con el genoma de la 'Drosophila' que no los podemos llevar a cabo en genomas de otros animales más cercanos al hombre ya que son más difíciles de manipular y no contamos con las técnicas que tenemos desarrolladas para ella [la mosca de la fruta]", explica.

El experimento español

Uno de los experimentos, el que ha realizado el equipo español, ha consistido en estudiar los genes que interaccionan con el ambiente, los que participan en el proceso olfativo y gustativo. El análisis de estos genes en las 12 especies muestra que el genoma es dinámico y que algunos genes mueren o nacen para adaptarse al medio en el que vive cada especie.

"Esto tiene su paralelismo en el ser humano, porque tenemos esas moléculas presentes en estos insectos, y la información se podría extrapolar a lo que pasa en los humanos", señala Alejandro Sánchez-Gracia. Estos genes son los que están involucrados en la producción de feromonas, células involucradas en el proceso de detección de depredadores o en la búsqueda de una pareja.

Esta evolución y dinamismo detectada en los genes del olfato y del gusto, también se da en los responsables de la inmunidad y la reproducción. Estos estudios han mostrado que el ADN relacionado con las defensas de la mosca de la fruta coevoluciona junto con sus posibles invasores.

Si los investigadores contaran con muestras de neandertales y otras especies del género Homo, podrían hacer estudios similares para comparar los genomas a lo largo de esa evolución y estudiar los procesos biológicos humanos. "Pero el ADN que se ha conseguido de algunos fósiles suele estar degradado, sólo se puede extraer información sobre trozos del genoma. El trabajo en la mosca de la fruta, suple en parte estas carencias", apunta Sánchez-Gracia. Otro de los trabajos realizado en los 12 genomas de la 'Drosophila' ha analizado los mecanismos involucrados en el metabolismo. "Las moscas tienen un único receptor para la insulina", por lo que el estudio del papel de los azúcares y grasas es más fácil en ellas que en otros modelos animales.

Enfermedades humanas como la diabetes o el cáncer pueden llegar a comprenderse mejor a través del estudio de la mosca de la fruta. De momento, como explican los autores de los estudios publicados ahora, se ha dado el primer paso para avanzar en el conocimiento de la genética molecular, es decir, para saber cómo se construye un individuo. Pero hasta llegar a este saber, habrá que trabajar mucho más a lo largo de los próximos años.

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