jueves, noviembre 01, 2007

Velar por los gobernados

Los medios de comunicación privados volvieron a brindar un inestimable servicio, mientras los públicos simulaban una despreocupación afrentosa. Funcionarios reaccionaban tardíamente ante lo que tenían que hacer

Por
Guillermo Caram / El Caribe
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La tarea elemental de los gobernantes es velar por los gobernados, responsabilidad olvidada por los presentes durante el paso de la tormenta Noel, que dejó a la ciudadanía obligada a tomar por sí misma las pocas previsiones que pudo tomar dentro de la desprevención reinante.

Las previsiones oficiales fueron nulas. La suspensión de la docencia se decretó luego que escuelas y padres lo hicieron. Los medios de comunicación privados volvieron a brindar un inestimable servicio, mientras los públicos simulaban una despreocupación afrentosa.

Funcionarios reaccionaban tardíamente ante lo que tenían que hacer, como el desaguar las presas; o declaraban que lo estaban haciendo cuando ya no debían hacerlo, como desaguarlas cuando las inundaciones habían causado sus estragos.

Otros fueron forzados por los medios a dar la cara después de intentar evadirlos. Muchos pretendieron compensar su descuido alardeando de sistemas que habían instituido, cuando la ciudadanía esperaba resultados, y no faltan quienes aprovechan la calamidad para justificar fracasos.

Todo ello reforzó la percepción de un gobierno desentendido: en las emergencias y en el desempeño cotidiano de su responsabilidad de velar por los gobernados.

Gasta mucho y en lo que no debe gastar. Castiga a los ciudadanos con impuestos excesivos; endeuda al país hasta el límite de obligarlo a recurrir a concepciones y explicaciones retóricas y ridículas sobre esquemas de endeudamiento; cacarea la incorporación de barrios y ciudades al absurdo programa de 24 horas de energía para luego castigarla con apagones ablandadores de la criminalización del fraude que aplica arbitraria y abusivamente; acude a los barrios en reacción al proselitismo llevado por el candidato del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), presentándose con manos relativamente vacías teniendo en cuenta su calidad de gobernante; instituye programas que se prestan a privilegios para proteger empresas que previamente había castigado con energía cara e impuestos; distorsiona el sistema tributario para luego compensarlo con exenciones y alardea de eficiencia electrónica que solo sirve para aplicar sanciones represivas.

Encima de ello, sigue pretendiendo hacer creer que está en la cresta de la ola de popularidad, cuando su lenguaje corporal delata que está dejando de ser el fiero león que se pinta para convertirse en camarón que se lo está llevando la corriente.

Guillermo Caram es político
guillermocaramcandidato@hotmail.com

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