La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

La Penn, Schoen & Berland acaba de publicar los resultados de lo que sería su última encuesta sobre la intención del voto en las elecciones fijadas para el día 16. Como era de esperarse, la muestra sugiere que el presidente Fernández ganaría de nuevo la Presidencia con un porcentaje del 56% de los votos, por lo cual no habría necesidad de una segunda vuelta.

La encuesta, sin embargo, habla de un probable escenario en una segunda ronda de votación en la que el mandatario también le ganaría al candidato del PRD con un 58% de los sufragios contra sólo un 39% del adversario.

La suma de ambos daría un 97%. En toda votación entre sólo dos candidatos, como sería ese eventual escenario, cualquiera que sea la cantidad de electores que acuda a las urnas la suma de los votos válidos, que es lo que cuenta, tendría necesariamente que dar el 100%.

La Penn, muy generosa con la oposición, le despoja de ese miserable 3% restante al candidato del gobierno en segunda vuelta, innecesaria de todos modos a la luz de lo que la propia encuesta predice que pasará en la primera.

A la pregunta de quién paga u ordena la encuesta, el ejecutivo estadounidense de la firma reveló que se trata del representante de ella en el país, quien además es una persona muy respetada y estrechamente vinculada por lazos afectivos y políticos al candidato oficialista, de quien ha sido incluso, en caso de que no lo fuera ya, asesor en el área económica.

Cabe preguntarse, ¿por qué ningún medio independiente está detrás de las encuestas de esta firma? ¿Por qué se ofrecen sus resultados gratuitamente a la opinión pública? Al darse a conocer a escasos nueve días de las elecciones, esta encuesta de la Penn, Bernard & Lion (perdón Shoen & Berland), como otras anteriores, mucha gente se pregunta el porqué si está prohibida la divulgación de encuestas a boca de urnas, la JCE no hace lo mismo con las encuestas antes de urnas.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do