martes, mayo 20, 2008

La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

Al día siguiente de las elecciones, el sábado 17, cuando ya todo estaba decidido y buena parte del país celebraba la reelección del presidente Fernández, el jefe de la misión observadora de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Octavio Bordón, y la embajada de Estados Unidos, emitieron por separado declaraciones reconociendo lo que todos los partidos de oposición y organizaciones de la sociedad civil venían denunciando insistentemente desde hacía más de un año: el uso masivo de recursos públicos a favor de la candidatura del partido en el gobierno.

Según reseñaron los diarios en su edición dominical, el delegado de la OEA dijo que el uso de fondos estatales en la campaña del candidato oficialista “dificulta la equidad que debe tener todo proceso electoral”. Y en una inusual declaración del secretario de prensa, David Searby, la embajada estadounidense expresó lo siguiente:

“Compartimos las preocupaciones expresadas por la JCE, Participación Ciudadana, la OEA y otros, sobre la necesidad de establecer una línea clara entre los gastos del gobierno y los gastos de las campañas políticas”.

La pluralización en el texto de la embajada y el señalamiento del señor Bordón, en el sentido de que el uso de recursos públicos a favor de un candidato es una práctica común en Latinoamérica, no le resta el profundo sentido a ambas opiniones, dadas a publicidad cuando el proceso había culminado.

Si bien este hecho sugiere la intención de llamar la atención sobre una práctica viciosa del sistema político dominicano, cabe bien la expresión:

“Gentleman, thanks, but it’s too late”. (Caballeros, gracias pero ya es demasiado tarde.)

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do

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