Listín Diario
Raúl Pérez Peña
La situación en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) se mantiene en el tapete de la opinión pública mientras la ciudadanía da seguimiento a posiciones divergentes de prominentes magistrados.
Resultó infructuoso el intento de bajar las aguas mediante declaraciones autorizadas por la Presidencia de la República a raíz de una advertencia pública del magistrado Julio Ibarra Ríos en el sentido de que el Palacio Nacional estaría al asecho para tratar de ocupar la Suprema Corte de Justicia.
En convergencia con el Palacio Nacional, tras un piropo del brillo que le imprime Ibarra Ríos al tribunal, el magistrado Subero Isa le atribuyó un carácter estrictamente individual a su advertencia.
Por el contrario, Ibarra Ríos dijo que, a excepción de Subero, todos los magistrados le manifestaron que “están de acuerdo con su planteamiento por considerar que va en beneficio de los jueces, de la Suprema y del país”.
Ante esa afirmación, se abre la expectativa de que el magistrado Subero Isa precise eso de que la mayoría de sus colegas le dijeron lo contrario de lo que expresaron al doctor Ibarra Ríos. Como quiera, estamos pues ante una situación delicada del cuerpo de magistrados del máximo tribunal, cuya misión de administrar justicia se complica bajo la pesadumbre de que la SCJ pueda sufrir una intervención no precisamente quirúrgica. Debe entenderse que cuando simples declaraciones no surten los efectos pretendidos, la ciudadanía se intranquiliza.
Por esa razón, posiciones encontradas entre jueces integrantes de la SCJ trascienden el nivel de una simple polémica para convertirse en un asunto de interés nacional. Un ingrediente que enrarece el panorama es el estatus incierto del caso de la Sun Land, que parece condenado a los siglos de los siglos.
El oficialismo no ha proyectado confianza de que está al margen de la parálisis de dicho expediente. Mal pudiera entonces, pretender que se le vea libre de toda sospecha cuando se le atribuyen propósitos con la SCJ.
sábado, mayo 31, 2008
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