viernes, mayo 16, 2008
Crisis de la imaginación política
La crisis de liderazgo y de imaginación política no es sólo de los grandes partidos, también está en los llamados “emergentes” que ya son bastantes viejos, los “alternativos” que no ofrecen nada diferente, y los “minoritarios”
Por Manuel Quiterio Cedeno / El Caribe
Hoy 5,764,379 dominicanos y dominicanas están en la lista de votantes, de los cuales 154,789 residen en el extranjero. Escogerán entre 7 candidatos presentados por 22 partidos.
De estos partidos la mayoría de las personas sólo recordará los nombres de los tres partidos principales y de sus candidatos, principalmente porque han tenido recursos, sobre todo el presidente Leonel Fernández (de su partido y del Gobierno) para promoverse.
Los otros, algunos votos recibirán, pero no suficientes para trascender.
Este es un tema crucial de la democracia. ¿Cuánto dinero se necesita para lograr presencia nacional y llamar la atención de los ciudadanos y ciudadanas que pueden votar?
La respuesta a esta pregunta es preocupante. Parece que la democracia dominicana se ha ido configurando para dar oportunidad a los más ricos, porque tienen dinero para financiar su campaña si se deciden a competir, o tienen recursos para escoger y pagar los costos de su candidato.
Aunque es cierto que los costos de las campañas desestimulan a quienes no tienen dinero o no cuentan con el apoyo de los poderosos, también se puede afirmar que han faltado líderes carismáticos y con creatividad política para desafiar el monopolio impuesto en la política por los más ricos.
El liderazgo alternativo, si es que puede llamarse así, no ha mostrado imaginación para hacer campañas diferentes, entusiasmantes, capaces de motivar por lo menos a los segmentos con mayor nivel de conciencia y de compromiso.
Se distinguen de las candidaturas comunes y corrientes –cuando se diferencian- solamente por el testimonio que ofrecen a través de su vida privada o pública, o por la desenfocada agresividad del discurso.
La crisis de liderazgo y de imaginación política no es sólo la de los grandes partidos, también está en los llamados “emergentes” que ya son bastantes viejos, los “alternativos” que no ofrecen nada diferente y por lo tanto no son una alternavia, o los “minoritarios”, el único calificativo realista, porque son minorías de minorías.
Por eso, una buena parte de quienes vamos a las urnas hoy, no tenemos candidato y nos conformamos con votar por quien creemos el menos malo, o por lo que aconsejan las circunstancias del momento.
Es el famoso voto en contra. Cuándo tendremos la verdadera oportunidad de escoger.
Manuel Quiterio Cedeño es periodista
mquiterio@cicomnews.com
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