CLAUDIO ACOSTA
c.acosta@hoy.com.do
Proselitismo. Como era de esperarse, ha llamado la atención el hecho de que la mayoría de las víctimas del accidente del pasado viernes, en el que murieron cuatro personas y otras 19 resultaron heridas cuando se dirigían en un minibús hacia una actividad proselitista en San Pedro de Macorís, era de nacionalidad haitiana.
Esos ciudadanos haitianos, por lo que se sabe hasta ahora, fueron reclutados en Batey 16 de Guaymate, en La Romana, presumiblemente para ”hacer bulto” en el mitin de cierre de campaña del PLD en la región Este del país, y como bien han señalado ya algunos comentaristas no se trata, ni mucho menos, de un invento de los peledeístas eso de utilizar haitianos para inflar mítines sino de una práctica vieja, tan vieja que data de nuestra prehistoria democrática, cuando se hablaba de haitianos a los que se dotaba de cédula y luego se encaramaban en un camión --cual ganado electoral, ni mas ni menos-- para llevarlos a los centros de votación.
Tal vez por eso la pregunta pertinente, a propósito de la presencia de esos haitianos en el mitin de cierre del PLD, no debería ser qué hacían esos haitianos usurpando un derecho que solo corresponde ejercer a dominicanos y dominicanas como lo es participar en una actividad política del candidato de sus simpatías, sino saber si también están en capacidad de ejercer el derecho de votar, el próximo 16 de mayo, por ese candidato.
Menores en política. Por ser nuestras campañas electorales como son resulta muy difícil evitar que menores de edad se vean de alguna manera involucrados o participen directamente en actividades proselitistas, pero es evidente que algo hay que hacer, empezando por apelar a la sensatez de los padres y tutores, para evitar tragedias como la ocurrida en Vicente Noble, en Barahona, donde una niña de quince años que bailaba en una disco ligh del PLD resultó muerta de un balazo luego de que se produjera un pleito a tiros y pedradas entre simpatizantes del PLD y el PRD, en un hecho que todavía investiga la Policía y en el que también resultó herido de bala otro menor.
La política, como muchas otras actividades en este inseguro país, es de alto riesgo, no apta para menores, por lo que debemos hacer todo lo posible para no exponerlos a esos riesgos, con frecuencia mortales.
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