jueves, mayo 15, 2008

Sin temor ni favor


Por Luis H. Arthur S. / El Caribe

¿Qué hacer IV?

Partidos políticos que son engendros de corrupción y trepadores. Donde sólo la abyección basta y el cerebro, el honor y la vergüenza sobran.

Su meta es llegar al poder, depredar, no construyen, no ofrecen alternativa, descalifican al contrario, y como la buena política no es su norte, se destruyen, se compran en un comercio vergonzante, degradante.

Quien se vende tiene su precio, el que compra paga y compromete. Esto trae desasosiego en los partidos y a la postre vendrán tormentas, pues todos se creen merecedores, corren para llegar, y les incomoda que le metan delante corredores ajenos, sólo porque el líder quiere imponerse a como dé lugar, no con ideas y planes, busca votos con engaño, y muchos, quizás confundidos en la efervescencia de la campaña, de las palabras altisonantes, donde somos el país más seguro de América y del planeta, cuando en el año van más de 350 muertos, los asaltos están a la orden del día, y todos andamos temerosos y asustados.

Esa euforia nuestra, ese fanatismo, no nos permite pensar, ni madurar ideas y conceptos, ni ver la real conveniencia a mediano y largo plazo, para no seguir este camino de Balaguer 6 veces, Leonel ya 2, y en vez de planes de progreso, lo destacado es la alegada reparación de las equivocaciones del que gobernó anterior de Hipólito; volver a levantarnos, mientras siguen los mismos problemas básicos, estructurales, mortificantes, como los apagones, la no competitividad, la delincuencia, la droga, la corrupción.

Damos vueltas en el mismo sitio, como perro al echarse, y así vamos a votar, y la creencia es que todos son malos y escogeremos al menos malo de los tres malos, sin ver que hay chiquitos buenos, que requieren una oportunidad para cambiar las cosas, oportunidad que le negamos aferrados a ideas inconvenientes, a costumbres obsoletas, a paradigmas irracionales, a predestinados.

Vamos a votar emotivamente y lo más probable es que botemos nuestro voto, y nos seguiremos quejando de los mismos problemas, como si otros fueran los responsables.

Ellos seguirán actuando irresponsablemente para su provecho, lucro y gloria, porque nosotros los elegimos. Ahí los pusimos y ya poco podemos hacer hasta dentro de 4 años, en que vuelvan a adormecer nuestras neuronas y despertar nuestros instintos y fanatismos.


luis@arthur.net


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