El Nacional, Vespertino Dominicano
POR JUAN JOSÉ AYUSO
Tal y como en 1996 aunque ahora como presidente y candidato, Leonel Fernández retuvo el poder con 53.43 por ciento de los votos gracias a la alianza con varios partidos y al 8.92 que le permitió remontar al 50 porciento más un voto.
En la otra cara de esa medalla y lejos de aparecer como perdedores, Miguel Vargas Maldonado y el Partido Revolucionario obtuvieron un 40.93 porciento con el aporte de un 1.93 por ciento de sus aliados.
Fernández continuará como presidente a partir del 16 de Agosto y Vargas Maldonado pudiera establecerse a partir del viernes pasado como nueva figura principal del PRD.
De 1962 a estos días, ningún candidato del PRD había enfrentado la situación adversa que este último candidato.
El peso negativo de los últimos dos años de gobierno del presidente Hipólito Mejía, 2000-2004, parecía hacer imposible que el PRD se reunificara en torno a la candidatura de una persona sin trayectoria en los primeros planos de protagonismo.
Mejía, cabeza y cuerpo de un gobierno impolítico y chabacano, no sólo le puso la reelección en bandeja de plata a Fernández con la reforma a su medida que en 2002 la repuso en la Constitución sino que dio origen al movimiento nacional de repulsa que le permitió ganar con un 57 por ciento.
Mientras, el PRD reducía su caudal a un 33 por ciento que no había registrado en ninguna de las elecciones a las que había concurrido, incluída la del año en que lo hizo mientras vivía un proceso de división, 1990.
Hasta finales del año pasado, a Vargas Maldonado le llamaban “el mudo” en varios medios de comunicación porque no solía aparecer con entrevistas y otros pronunciamientos en espacios de prensa y programas de radio y de televisión.
Para principios de este año, el candidato del PRD se dejó escuchar con un discurso técnico de pocas palabras y mucha precisión, aparte de estar estructurado con precisión y el atractivo de lo breve.
En casos, como en el de las entrevistas que realizó a los candidatos el Grupo de Comunicación Corripio, sorprendieron en el discurso de Vargas Maldonado aspectos no sólo de la técnica en la gerencia del manejo de asuntos de Estado sino la capacidad política de responder con propiedad a preguntas interesadas.
El PRD concurrió bastante unificado a las elecciones pero es evidente que algunos de los principales cabezas de grupos internos lo hicieron de manera formal y a regañadientes.
Una nueva conformación directiva en la estructura partidaria y entre la gente con la que se quedará Vargas Maldonado terminaría por afinar una verdadera unidad, gracias a la demostración de que el PRD puede mantenerse como fuerza principal siempre que deje de ser una irreconciliable confederación de inorgánicos candidatos a la presidencia.
martes, mayo 20, 2008
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