jueves, mayo 15, 2008

TESTIGO DEL TIEMPO/La deuda de Leonel

J.C. Malone -

El Partido de la Liberación Dominicana en ocho años, no hicieron nada comparable a esos aportes de reformistas y perredeístas. Leonel no hizo nada y, para justificar su reelección, promete menos: “no hay nadie más” es la única razón.

Joaquín Balaguer encontró una nación armada continuando su guerra civil interrumpida cuando tomó el poder en 1966. Entonces había agitación política total y Washington ordenó exterminar comunistas. Balaguer pacificó el país, con los escombros de la dictadura construyó e institucionalizó el Estado, creó el nuevo sector privado y la clase media. En su segundo gobierno, atacó el principal problema nacional: la injusta distribución de las riquezas; impulsó su reforma agraria.

En 1978, con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) hicimos algo curioso. Cambiamos a Balaguer, el intelectual de la justicia social sin libertad individual, por Antonio Guzmán un terrateniente que revirtió la reforma agraria, pero institucionalizó las libertades públicas.

Balaguer construyó el país físico e institucional que habitamos, el PRD nos dio las libertades públicas que respiramos. Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana en ocho años, no hicieron nada comparable a esos aportes de reformistas y perredeístas.

Leonel no hizo nada y, para justificar su reelección, promete menos: “no hay nadie más” es la única razón. Su consigna mesiánica, enfermiza, fundamentalista y autodestructiva, niega la existencia de 10 millones de personas para aupar un ego. Repetirla es autonegación y autoninguneo. Para Fernández los dominicanos somos 10 millones de ningunos, no pensamos ni conceptualizamos. Le dijo eso a jóvenes empresarios, herederos del poder económico, hijos de la élite que estudiaron en buenas universidades europeas y estadounidenses. ¿Qué opinará de choferes, tablajeros, fritureros, venduteros y obreros?

Leonel no mejoró la injusta distribución del ingreso, ni avanzó la justicia social, ni abonó a la deuda social acumulada, al contrario, la aumentó. Su modelo “crecimiento económico” siempre multiplica la pobreza. En el 2004 lo elegimos, incumplió e involucionó; quiere ser Balaguer. Si lo reelegimos sin saldar su deuda, seguirá involucionando hasta convertirse en Trujillo. Y nadie podrá cobrarle jamás.

No hay comentarios.: