La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

Con el perdón de la oposición que no se cansa de mostrarnos cada día su enorme y única capacidad de destruirse a sí misma, obsesionada por cargos y dinero, debo comenzar felicitando al gobierno por su gran sentido del humor; humor negro por supuesto, del mejor en su género, el que requiere de mucho descaro y desprecio por el público.

De todas las exhibiciones de esa habilidad que nadie antes había enseñado, el anuncio oficial sobre el nuevo aumento de los combustibles, se lleva el título del año.

El secretario de Industria y Comercio, famoso por la frecuencia con que pone a temblar a industriales y comerciantes con sus amenazas a quienes osen incrementar los precios de sus productos, a despecho de los incrementos imparables en los costos, ha dicho esta vez que el alza de entre ocho y diez pesos en el galón de los dos tipos de gasolina, el gasoil y el kerosene, es una medida “moderada”, para evitar impactos desproporcionados en la población.

La noticia no tendría nada de extraño en el marco de la situación que presenta el mercado petrolero, que el fin de semana superó la barrera histórica de los 135 dólares el barril.

La habilidad humorística oficial reside en que bajo la misma situación crítica del crudo, en las dos semanas anteriores, el gobierno mantuvo congelado los precios internos de los combustibles.

No con el propósito, y me castigue Dios y no la autoridad si es de otro modo, de evitarle inconvenientes a la población, sino debido a las elecciones presidenciales.

En un país en que el gobierno no respeta su propia ley, como alegaría si estuviera vivo el profesor Bosch, sólo queda tomar estas agresiones al buen sentido como chistes para no morir del corazón.

Los funcionarios se ríen del país a mandíbula batiente. Y la nación que los acepta y los reelige en verdad se los tienen merecidos.

Sólo que esta vez no serán probablemente por cuatro años, quién sabe por cuantos.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do