martes, mayo 13, 2008

Atrapado

El Nacional, Vespertino Dominicano

POR PEDRO P. YERMENOS FORASTIERI

Guillermo Moreno está adornado de características personales y de una trayectoria familiar y profesional inobjetables. Si los asuntos políticos fueran determinados por el perfil de la gente que en ella se involucra, no habrían dudas de que la sola propuesta de su nombre como candidato presidencial, resultaría suficiente para concitar el apoyo mayoritario del electorado.

La política, no obstante, responde a reglas distintas y la bonhomía de sus protagonistas, aun siendo muy importante, sobre todo en un país donde se necesita con urgencia instaurar la práctica del ejercicio público como servicio y no como trampolín, no es suficiente para alcanzar los objetivos propuestos.

El éxito en la actividad política, entendida esa noción tan subjetiva como la posibilidad de alcanzar el poder y desde él generar los cambios que la nación demanda, supone elementos que van mucho más allá que el simple convencimiento de que estamos apoyando a hombres y mujeres de una integridad a toda prueba. Hay que desarrollar la conciencia requerida para comprender que las luchas políticas no se circunscriben a un enfrentamiento entre buenos y malos. Se trata del choque entre concepciones de la vida, de los acontecimientos y del tipo de sociedades que anhelamos, frente a los cuales se tienen actitudes y planteamientos disímiles. Quienes han desplegado los mayores esfuerzos por la construcción de un proyecto liberal y progresista han sido, al mismo tiempo, víctimas y autores de sus fracasos. Es cierto que no resulta fácil competir en un escenario donde la inequidad conspira contra las posibilidades de desarrollar opciones distintas a las tradicionales, pero no menos cierto es que son identificables muchos errores que los liberales han cometido y que han sido decisivos en la derrota absoluta que el sector conservador les ha infligido a lo largo de nuestra historia republicana.

La capacidad que se tenga para comprender y superar esos desatinos será decisiva para la estructuración de la esperada alternativa y, sobre todo, para capitalizar el indiscutible declive que acusa el sistema partidario tradicional dominicano como resultado de su sistemática pérdida de credibilidad, pese a la cual, nadie puede esperar que caerá por generación espontánea.

La candidatura de Guillermo Moreno está condicionada y limitada por el gigante barril de equivocaciones en las que el ala liberal y de izquierda del país continúan incurriendo, por lo cual, no podrá obtenerse de un intento magníficamente motivado, los resultados de su inmensa potencialidad, la cual ha quedado expresada en la favorable acogida que ha tenido, lo que confirma que no estaría lejos el momento en que el reloj de la patria marque la hora de un cambio verdadero, siempre que las manecillas del mismo sean impulsadas en las direcciones atinadas.

Por encima de todos esos grilletes que refrenan su vuelo, esa candidatura fresca y digna está ahí, al menos para despojar de argumentos a quienes pregonan que van a votar por el mal menor, cuando lo cierto es que van a hacerlo por quienes creen que van a ganar, sin importarles lo mucho que pierda el país por su falta de coraje y responsabilidad. Si su justificación fuera auténtica, el voto positivo por Guillermo sería un imperativo.

yermenossantos@codetel.net.do

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