Una señora llamó a un programa de tv y decía esto: “leonel buscó su reelección, él debe ahora resolver todos los problemas; es mejor que no esté mendigando ayuda”. También hay políticos que sustentan esa idea. Pero el país nos duele a todos
Por Felipe Mora / El Caribe
No importa desde cuál punto de vista se le vea. El caso es que Leonel Fernández ganó las elecciones del viernes 16. Pese a los tropiezos propios de ese tipo de evento, su triunfo fue reconocido en cuestión de minutos por la oposición y legitimado por la Junta Central Electoral.
Es posible que Hipólito Mejía tenga algo de culpa de que el actual mandatario se quede por otros cuatro años. ¿Por qué? El ex jefe de Estado fue el principal propiciador de que se modificara la Constitución para permitir la reelección presidencial. Eso se produjo en 2002, siendo él presidente de la República.
Algo parecido a lo que hizo Leonel y el PLD en la recién concluida campaña electoral hizo Hipólito y el equipo que le acompañaba.
En sus esfuerzos por retener el poder, el entonces gobernante hizo contacto con religiosos, profesores, profesionales de distintas áreas, pequeños partidos, movimientos denominados independientes, deportistas, artistas.
Las circunstancias de aquellos tiempos le impidieron alzarse con el triunfo. Peor aún, la impopularidad en que cayó ese régimen.
La política es eso: persistencia, resistencia, astucia, estrategia, arrogancia en cierto modo. Pero hay que reconocer que en lo que respecta a la democracia, no podemos vivir sin ese complicado arte de conducirnos y dirigirnos.
Leonel y sus más fieles colaboradores sabían más que nadie que todas las posibilidades de ganar las elecciones estaban centradas en primera vuelta.
De ahí que el “engrase” de la maquinaria reeleccionista comenzara desde el primer momento que el presidente de la República, y también del PLD, iniciara los contactos que sólo le llevaban a sumar, es decir, de buscar alianzas con grupos minoritarios que, en resumidas cuentas, fueron los que le dieron la victoria.
En la recta final de la campaña electoral, cuando apenas faltaban dos semanas para el 16 de mayo, fue notorio en el ambiente “un bajón’’ en las preferencias por el candidato a la reelección.
El tema de la carestía de los alimentos parecía que iba a provocar sorpresa, y que ello se reflejaría en la cosecha de votos de la oposición. En cierto modo, el oficialismo dio muestras de que no las tenía todas a su favor en esos momentos.
Cuando faltaban menos de cuatro días para las elecciones, hubo quienes daban por seguro que habría necesidad de una segunda vuelta, y argumentaban que ningún partido lograría superar el 50% de los sufragios en la consulta del 16 de mayo.
Pero, todo quedó consumado a partir de darse a conocer el boletín uno de la JCE, institución que ya se había quitado cierto peso de encima desde el momento que el principal candidato opositor reconoció su derrota en las urnas.
Grandes desafíos deberá enfrentar Fernández en el gobierno que inicia el 16 de agosto. Hay pronósticos sombríos a nivel internacional, como la crisis alimentaria, las alzas desmesuradas en los precios del petróleo, lucha contra las drogas, contaminación ambiental, entre otros.
Son temas que requieren del concurso de todos los sectores para poder buscar soluciones a nivel local.
Es de fiar que algunos sectores, en especial partidos políticos, actúen con mezquindad cuando se presentan situaciones o circunstancias en que el país reclama de la contribución de todos, sin importar banderías políticas, credo o religión.
Felipe Mora es periodista
martes, mayo 27, 2008
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