viernes, mayo 16, 2008

La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

Los dominicanos tendremos hoy viernes otra oportunidad de ejercer el sufragio y modificar o mantener el rumbo del país.

Debido a la pobreza existente y a la presencia brutal del gobierno en la vida nacional, cada proceso electoral trae consigo fanáticas adhesiones, derroches de recursos y fantásticas promesas que no siempre se cumplen.

El derecho al voto es una de las muchas ventajas que los sistemas democráticos tienen sobre las demás formas de gobierno.

Ejerciéndolo, los ciudadanos pueden decidir quién los gobierna y exigir el respeto de sus derechos constitucionales.

Hace años, su presencia ante los centros de votación se hacía indispensable al fortalecimiento de las nacientes instituciones democráticas, luego de extensos períodos de dictadura e inestabilidad política y social.

Pero de la misma manera en que maduran las instituciones, la mayoría de las cuales están aún verdes entre nosotros, se torna más necesario que los ciudadanos ejerzan ese derecho con plena conciencia de lo que hacen.

Votar por votar le hace más daño que la abstención a una democracia en proceso de maduración como la nuestra.

En determinadas circunstancias, la abstención es una forma consciente de expresar inconformidad por las malas prácticas y las erradas políticas de gobierno, que alientan la corrupción y promueven la pobreza.

En el sistema electoral nuestro no existe el voto de protesta y la Constitución dominicana es confusa en este punto, calificando indistintamente el sufragio como un deber, una obligación y un derecho.

Como los derechos se ejercen libremente nadie está obligado en realidad a votar. Sin embargo, es importante para la democracia dominicana que los ciudadanos concurran hoy masiva y ordenadamente a ejercer el sufragio.

Y que lo hagan de forma consciente, porque con ese sencillo acto estarán decidiendo el curso inmediato de la nación.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do

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