MARIEN ARISTY CAPITÁN
m.capitan@hoy.com.do
Nunca pensé que aquello de los aquelarres pudiera tener sentido algún día. Al fin y al cabo, creía, los asuntos de brujería no son más que parte del anecdotario y las tradiciones de unos pocos.
Entonces llegó un documento sobre la asamblea extraordinaria que tuvo el “Congreso de Brujos” en Villa Mella, es decir, en el corazón de la provincia Santo Domingo Norte.
Aunque la reunión se realizó el 30 de abril, no fue hasta el pasado martes 6 de mayo que recibí noticias de ella. Al conocerla, comprendí muchísimas cosas. Por ejemplo, por qué Villa Mella será pronto convertida en Villa Metro y no Los Alcarrizos o Los Mina, donde vive mucha más gente.
Dejando de lado a Diandino Peña, a quien no me imagino en medio de ritos o invocaciones, no sería de extrañar que los brujos del patio hayan hecho algún trabajito para conseguir que los rieles llegaran primero hasta allí. Y es que, según dicen los anuncios, subiéndose al Metro la gente se sube al progreso.
Los que no debieron progresar mucho con el Metro fueron los libreros de la Feria del Libro que terminará mañana: la gente, en lugar de inspirarse por las páginas o los versos, acude en masa para subir o bajar del Metro.
De cualquier manera, y volviendo al tema original, les dejaré con un par de las grandes conclusiones a las que arribaron los brujos: habrá inundaciones en el país, sobre todo en el Cibao; tendremos un intenso terremoto y un sunami; contaremos con una segunda vuelta electoral y, por si fuera poco, nos alzaremos con riquezas y un gran invento. Así las profecías, esperemos.
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