POR RADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN
Entonces resultó falso el rumor de que habría desórdenes públicos a partir del lunes siguiente a Semana Santa.
Y también fue falso el que decía que la cumbre de partidos políticos de oposición era para anunciar su retirada de las elecciones presidenciales del 16 de mayo.
Sospecho que ambos rumores tuvieron su origen en el oficialismo como forma de presentarse como los sabelotodos y dejar la impresión de que conocen perfectamente hasta el más mínimo movimiento de cuanto se mueve en República Dominicana.
Es como arriesgarse a repetir en estos tiempos la fábula del pastor y el lobo, pese a que finalmente el pastor terminó de la peor manera.
Ahora, como ninguno de los dos rumores resultó cierto, se presentan como los héroes de la película, gracias a cuyas advertencias se mantiene la tranquilidad, aunque esto sea algo discutible.
Sin embargo, si en la semana actual o en la entrante ocurre algún disturbio por la huelga de los médicos o por cualquier pretexto, esos mismos señores proclamarán que ya lo tenían vaticinado y que los organizadores, al saberse descubiertos, los habían aplazado.
Entretanto vuelven a repetir la especie de que, como por arte de birlibirloque, estarán enterados de quiénes votarán a favor y quiénes en contra de su candidato, algo sobre lo que debería reafirmar su opinión la Junta Central Electoral, que desde siempre se ha ufanado de que preserva el mandato constitucional del secreto del voto.
En fin, que en la parte última de la campaña electoral habrá toda clase de estrategias para confundir, aunque realmente ojalá que todo sea estrategia y no se pase más allá.
Por ejemplo, ya circula un pasquín profusamente ilustrado con fotografías, que es una repetición al carbón de algo hecho por los peledeistas hace años y que llamaron "el album de la corrupción".
Del que ahora hablo es producto de algún sector de la oposición, quizás el de más recursos, pero su autoría fue reservada y ya esto constituye una violación a la Ley sobre Expresión y Difusión del Pensamiento.
Tengo muy pocas dudas de que ese pasquín tendrá pronta respuesta de parte del oficialismo, en donde abundan experimentados y magníficamente pagados periodistas.
El deseo es que nunca se les olvide lo que es prudencia y decoro, para que no contribuyan a poner al país en donde nadie quiere que esté.
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