Por Miguel Guerrero / El Caribe
La oposición ha encontrado un eficiente colaborador y aliado en el Gobierno. Con su locuacidad y su aparente irrefrenable tendencia a inmiscuirse y opinar sobre todos los temas en conflicto, el secretario de Estado de Hacienda le ha puesto las cosas muy difíciles a la administración del presidente Fernández.
Con una insólita e inesperada declaración, ampliamente difundida en los medios y nunca desmentida, le ha dado fuerza legal a los planteamientos del Partido Revolucionario Dominicano en su instancia de inconstitucionalidad en el escándalo del contrato con la Sun Land.
Y con una inoportuna referencia a las disponibilidades financieras del Gobierno, dificultó los esfuerzos del secretario de Salud para evitar una nueva paralización de los servicios médicos en los hospitales públicos.
Su afirmación de que el director de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, Félix Bautista, había violado la Constitución al suscribir el contrato con la Sun Land y excedido las atribuciones que el poder presidencial le había conferido en el caso, deja a la Suprema Corte de Justicia sin excusas en la eventualidad de que exonere de responsabilidad al Gobierno.
Esta admisión oficial es devastadora desde el punto de vista legal. En lo que se refiere a la proyectada huelga médica, su sorpresiva, enfática e innecesaria declaración de que no había posibilidad inmediata alguna de aumento salarial para los médicos, tuvo el efecto de un balde de agua fría.
Dada en víspera de una reunión que había alentado esperanzas, aunque remotas, de un acuerdo entre Salud Pública y el Colegio Médico, ensombreció el ambiente y lo llenó de desconfianza.
En lo concerniente al contrato de los 130 millones de dólares, la afirmación del señor Bengoa podría tener, como en efecto lo tiene, más peso legal que todos los papeles que el PRD ha puesto en manos del más alto tribunal del país.
Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do
Nota de Redacción:
El Autor es tambien abogado (MI)
La oposición ha encontrado un eficiente colaborador y aliado en el Gobierno. Con su locuacidad y su aparente irrefrenable tendencia a inmiscuirse y opinar sobre todos los temas en conflicto, el secretario de Estado de Hacienda le ha puesto las cosas muy difíciles a la administración del presidente Fernández.
Con una insólita e inesperada declaración, ampliamente difundida en los medios y nunca desmentida, le ha dado fuerza legal a los planteamientos del Partido Revolucionario Dominicano en su instancia de inconstitucionalidad en el escándalo del contrato con la Sun Land.
Y con una inoportuna referencia a las disponibilidades financieras del Gobierno, dificultó los esfuerzos del secretario de Salud para evitar una nueva paralización de los servicios médicos en los hospitales públicos.
Su afirmación de que el director de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, Félix Bautista, había violado la Constitución al suscribir el contrato con la Sun Land y excedido las atribuciones que el poder presidencial le había conferido en el caso, deja a la Suprema Corte de Justicia sin excusas en la eventualidad de que exonere de responsabilidad al Gobierno.
Esta admisión oficial es devastadora desde el punto de vista legal. En lo que se refiere a la proyectada huelga médica, su sorpresiva, enfática e innecesaria declaración de que no había posibilidad inmediata alguna de aumento salarial para los médicos, tuvo el efecto de un balde de agua fría.
Dada en víspera de una reunión que había alentado esperanzas, aunque remotas, de un acuerdo entre Salud Pública y el Colegio Médico, ensombreció el ambiente y lo llenó de desconfianza.
En lo concerniente al contrato de los 130 millones de dólares, la afirmación del señor Bengoa podría tener, como en efecto lo tiene, más peso legal que todos los papeles que el PRD ha puesto en manos del más alto tribunal del país.
Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do
Nota de Redacción:
El Autor es tambien abogado (MI)
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