viernes, marzo 07, 2008

La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

La sociedad dominicana ha estado clamando por un debate entre los candidatos presidenciales para conocer a fondo sus propuestas y elevar de este modo el tono de la campaña.

Pero como en otros procesos electorales, tan ansiada aspiración no podrá materializarse porque el hoy presidente Fernández rechaza la idea de enfrentarse a sus oponentes, aduciendo una superioridad personal difícil de apurar en un hombre de tan humilde extracción social.

El presidente olvida que sus adversarios de hoy tienen mayor hoja de servicio y más credenciales profesionales y políticas que las que él exhibía cuando en 1996 fue escogido por primera vez como candidato.

¿Tiene derecho el jefe del Estado a ahogar bajo argumentos tan baladíes la realización de un debate que sentaría un valioso precedente de observación moral obligatoria en futuros procesos electorales?

Por supuesto que no.

Pero ni ANJE, que lo promueve, ni ninguna otra asociación empresarial o academia universitaria tiene valor suficiente para llevarlo a cabo sin la presencia del mandatario. ¿Debemos rendirnos entonces al capricho de un presidente y postergar un mecanismo de fortalecimiento del sistema democrático como sería el debate entre candidatos?

Eduardo Estrella de la llamada Cuarta Vía ha dicho que está dispuesto a participar independientemente de lo que diga el mandatario.

Los demás candidatos deberían acoger la propuesta y llevarlo a cabo en varias jornadas por temas, a fin de que puedan exponer con claridad sus posiciones. Y dejar los puestos vacíos de los candidatos ausentes.

Propongo que se haga con un solo moderador como se estila y que ese honor recaiga en uno de los periodistas más competentes del país, Juan Bolívar Díaz.

Los paneles y las preguntas pre-fabricadas le restan peso y fluidez a eventos de este tipo. La nación daría un gran paso de avance si este debate se realiza.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do

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