jueves, marzo 20, 2008

Confederación dominico-haitiana

Lo que empezó como una elucubración de intelectuales, en los últimos decenios ha adquirido otra connotación

Por
Pelegrín Castillo / El Caribe

El embajador dominicano en Haití formuló recientemente declaraciones muy controversiales: que en un futuro no muy lejano los pueblos haitiano y dominicano asumirán la forma política de una confederación. También señaló, que esa visión era compartida por el Presidente de la República.

Aunque para la mayoría de los dominicanos esa declaración constituye “un disparate”-como bien la calificara el canciller Morales Troncoso- es importante recordar, que ese proyecto tiene raíces históricas profundas.

Américo Lugo abogó por la Confederación Quisqueyana para conjurar la inestabilidad crónica que imperaba en ambos lados de la frontera y evitar así la ingerencia foránea.

Posteriormente, Price Mars refiere que el presidente del Senado Haitiano, General Neumors, propuso a principio de los 40, durante una visita a República Dominicana, la creación de la Confederación Quisqueyana. Esa iniciativa fue percibida en Haití como un intento de Trujillo de extender su hegemonía a la isla.

En 1971 el dictador Duvalier envió una misión de alto nivel ante el presidente Balaguer a proponerle un plan de integración, que en ese momento fue respondido con una modesta contraoferta: creación de espacios de intercambio comercial fronterizos.

Sin embargo, el líder de la oposición reformista en 1983 consideró conveniente reducir el perfil anti-haitiano que le atribuían por sus actuaciones como connotado funcionario del régimen de Trujillo.

Para esa maniobra cosmética, rescató y reformuló las propuestas de Duvalier, consignándolas en un capítulo de La Isla al Revés, incluida la Confederación Quisqueyana.
Después de emplear ese ardid para abrirse paso hacia el gobierno, se vio precisado a consentir que el ingreso de RD al acuerdo del Lomé IV se hiciera en forma conjunta con Haití, para satisfacer exigencias de la Unión Europea.

Ulteriormente, denunciaría la pretensión de “Francia y otras potencias” de fusionar ambos pueblos, lo que algunos consideraron en su momento otra jugada electoral del caudillo colorao.
Lo que empezó como una elucubración de intelectuales, en los últimos decenios ha adquirido otra connotación, determinada por el interés de las grandes potencias de buscar una solución que minimice o diluya sus responsabilidades con el destino de Haití, que pasa por comprometer a República Dominicana en el rol de estado pivote.

Son muchos los “recursos blandos de poder” que se han utilizado para involucrar a las clases dirigentes dominicanas en ese peligroso esquema, de espaldas al pueblo y en contra de los intereses de la nación.

Pelegrín Castillo es diputado por la FNP
pelegrincastillofnp@hotmail.com

No hay comentarios.: