miércoles, marzo 12, 2008

La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe
En esencia, la democracia se resume en una palabra que es al mismo tiempo sustancia y base de la paz y la convivencia armónica tanto entre las personas como entre los estados. Es una palabra fácil de pronunciar y escribir aun cuando a muchos les resulte en extremo difícil asimilar su contenido.
Me refiero a la tolerancia. La falta o ausencia de ella ha sido la causa de muchas tragedias humanas. En nuestro país la pretendemos pero muy pocos la practican. La muestra es la tendencia a rechazar la crítica, o cualquier forma de disidencia, como indebida.
Y el creer que los gobernados tienen la obligación de ser fieles al gobierno y aceptar todas sus políticas y directrices sin discusión alguna. Se olvida casi siempre que un presidente tiene deberes que cumplir y que en una democracia como a la que aspiramos se le escoge para que haga respetar la Constitución y las leyes y proteja el patrimonio público.
No se le elige para venerarlo ni mucho menos para hacer de él una deidad. La intolerancia mató la transparencia en el quehacer oficial y ha convertido a colectividades enteras en manadas, guiadas por el sonido de latigazos y el fascinante sabor y aroma del alpiste.
Algunos lectores me exigen que le reconozca al presidente Fernández su talento, moderado proceder y otros atributos personales que nadie en este país, según creo, ha puesto en duda. Me reclaman que apoye sus políticas y varios ya me han dicho que mis artículos son hijos de la envidia.
Nada de eso, por supuesto, me quita el sueño porque entiendo que el problema de la nación estriba en el temor de la gente a expresarse libremente y que en la medida en que fortalezcamos el clima de libertad, ejerciendo día a día la crítica, obligaremos a los gobiernos a ser fieles a su compromiso de defender los valores nacionales y promover la dignidad de aquellos que hoy, por necesidad, entregan su voto por una ración de alimento.
Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do

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