viernes, febrero 08, 2008

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El Nacional, Vespertino Dominicano

POR RADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN

Resultaría interesante determinar cuáles son los méritos necesarios para ingresar a la celebérrima Agencia Central de Inteligencia -CIA- de Estados Unidos.

Desdichadamente son pocos los grandes escándalos en cualquier parte del mundo en los que uno o varios de sus protagonistas no seas miembros de la CIA, o lo hayan sido.

Son, por ejemplo, incontables los casos en que la CIA ha participado en derrocamientos de gobiernos legítimos, como el de Salvador Allende, en Chile, y el fugaz contra Hugo Chávez, en Venezuela. Y son decenas las intentonas contra Cuba y sus gobernantes.

El escándalo de Watergate comenzó con agentes de la CIA robando documentos del complejo hotelero en Washington, algo que finalmente concluyó con la renuncia de Richard Nixon como Presidente de Estados Unidos, porque salieron otros macos durante la investigación periodística.

También se dice que perteneció a la CIA el terrorista Luis Posada Carriles quien confesó haber dinamitado un avión cubano de pasajeres en donde murieron sus casi 80 ocupantes, pero que hoy disfruta de libertd y protección oficial en Miami.

Ahora mismo, en Puerto Rico, un ex agente de la CIA acaba de agredir al ex gobernador Carlos Romero Barceló, sólo porque este censuró al presidente George W. Bush y la forma en que comenzó y conduce la invasión contra Irak.

Dicen que el agresor se llama Raymond Molina, de origen cubano -como los de Watergte- y eso de ex me parece un recurso para desligar al centro de espionaje de cualquier responsabilidad.

El hecho es que Molina participó en la invasión a la isla de Cochinos y por su agresión al septuagenario político puertorriqueño es probable que este quede sin visión del ojo afectado.

Romero Barceló es un anticomunista reconocido y opuesto a lo que él mismo define como "radicalismo independentista".

Incluso antes de censurar a Bush y la agresión a Irak, había elogiado al padre del actual Presidente estadounidense, según informes de la prensa de San Juan.

De todas formas, la agresión da una idea de cómo piensan y actúan ciertos agentes o ex agentes de la CIA, a quienes se hace difícil desvincularlos radicalmente del organismo que los acogió.

No tengo la menor duda de que una de las condiciones para ingresar a la CIA es ser ideológicamente de la extrema derecha política, con claros antecedentes de esa afiliación y, si posible, con una enumeración de hechos específicos cometidos en su favor.

El caso es que en los mismos Estados Unidos se cuestiona no sólo la calidad de ciertos agentes de la CIA, sino la necesidad de su mantenimiento.

Con respecto a esto último, creo que es mejor dejar las cosas como están y no diluir a la CIA, porque así podría vigilarse mejor sus pasos lo que no sucedería si todas esas fieras se diseminan incontrolables por doquiera.

Activos o ex, son un peligro para la humanidad. Un nuevo testigo es Carlos Romero Barceló, ex gobernador de Puerto Rico.

rgomez@elnacional.com.do

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