La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe


Ante la proximidad de la fecha conmemorativa del nacimiento de la República, conviene recordarle al presidente Fernández su obligación de enviar señales claras de su compromiso con la austeridad, a la que él ha dado la espalda.



Su promesa de promover el ahorro de combustibles ha caído en el vacío.

Sus funcionarios andan haciendo campaña en vehículos oficiales de lujo malgastando el dinero de los contribuyentes.


El enorme gasto promocional del Gobierno es una insensatez.

Consume sumas fabulosas en anuncios de prensa y comerciales de televisión que hablan de logros sujetos todavía a muchas interpretaciones.



Como escribí una vez, si el señor Fernández quiere respaldo de la nación en la situación difícil que él mismo admite, cuando le conviene, recuerden su llamada al presidente Chávez que “el agua nos llega al cuello”, debe actuar sin titubeos en el uso de los recursos públicos.


La publicidad oficial, por ejemplo, sólo tiene justificación si llena unan necesidad de servicio.

La actual está dirigida básicamente a promover la candidatura del mandatario.

Mientras los funcionarios estén dando ruedas en yipetas de lujo los fines de semana y feriados en asuntos que nada tienen que ver con sus obligaciones oficiales, pocos le harán caso a los pedidos de austeridad del Gobierno.


El Presidente sabe más que nadie que la propaganda es efectiva cuando la realidad la confirma.

Debe darse cuenta que sus esfuerzos retóricos no surten los efectos deseados, porque la gente quiere hechos no palabras.



Si hablamos de austeridad, debe comenzar por arriba. El presidente debe prohibir el uso de vehículos de alto consumo y suspender por un tiempo las celebraciones.



Si vamos a apretarnos los pantalones, comencemos por el suyo y los de su entorno. El uso de los recursos públicos en la promoción electoral desborda todos los límites.

EL PPL dejó atrás hace ya tiempo al PPH.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do