sábado, febrero 16, 2008

El ejemplo de Caamaño


La actuación digna, decorosa y patriótica del Coronel heroico de Abril y Comandante de Caracoles, Francisco Alberto Caamaño Deño, se acrecienta cada vez mas sobre todo en estos momentos donde hay ausencia de principios

Por Euri Cabral / El Caribe


Un día como hoy, hace exactamente 35 años, fue fusilado en las lomas de Ocoa el Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño, héroe nacional, presidente de la República en armas en 1965, líder constitucionalista y, al igual que el Che Guevara, uno de los ejemplos perennes de entrega completa a un ideal, aunque esto le haya significado la muerte.


El Coronel Caamaño es ejemplo de patriota y de hombre íntegro, digno y perseverante. En estos momentos en que en la actuación política se están perdiendo los principios y las normas éticas, el ejemplo de este coronel, que se casó con la gloria, es un faro de luz que debe de servir de guía a muchos líderes y dirigentes que viven poniendo sus intereses particulares por encima de todo.


La dimensión de Caamaño, como figura histórica trascendente, se mide en el hecho de que siendo hijo de uno de los principales generales de la dictadura trujillista, el general Fausto Caamaño, por demás uno de los pocos oficiales que no era familia del dictador y que logró ser jefe de las fuerzas armadas, su sentido patriótico se impuso a ese origen y en vez de plegarse a los dictámenes de los remanentes del trujillato y de las órdenes de los norteamericanos, prefirió caminar el sendero del patriotismo y colocarse en el pedestal de héroe nacional por su firme defensa de la soberanía y la autodeterminación de nuestra patria.


El Coronel Caamaño, el heroico y digno Coronel de Abril, encontró la definición de su perfil como hombre de la historia la mañana del 27 de abril de 1965, en una reunión en la embajada americana.

Allí el embajador norteamericano de entonces presionaba para que los militares constitucionalistas que habían derrocado el gobierno golpista que depuso a Bosch del poder, entregaran sus armas y se rindieran. Caamaño, con una dignidad y un decoro fuera de serie, se atrevió a decirle que no a ese embajador arrogante y se dirigió al puente Duarte para allí darse un baño de pueblo que transformó para siempre su visión de los acontecimientos.


En ese momento nació el glorioso Coronel de Abril que enfrentaría con bravura de leyenda la segunda intervención militar norteamericana a nuestra nación. Allí nació el héroe nacional.

Allí nació el Presidente de la República en Armas, con el cual tendrían que pactar los invasores norteamericanos porque no pudieron derrotar al pueblo dominicano comandado por ese glorioso coronel.

Esa actuación patriótica y popular lo llevaría a cambiar su forma de ver los acontecimientos sociales y lo llevaría a asumir la opción revolucionaria como la vía para lograr los cambios sociales en nuestro país y en el mundo.


Es imbuido de esa nueva concepción de la vida que decide entrenarse en Cuba para formar un ejército de de revolucionarios que vinieran a liberar nuestra patria de la opresión histórica en que estaba sumida.

Se podrá o no estar de acuerdo con esa decisión del Coronel de Abril, pero lo cierto es que eso es muestra más de su valor y de su entrega a los principios y criterios en los que creía sin importar las consecuencias.

Hoy, a 35 años de su vil asesinato, el glorioso Coronel de Abril y Comandante de Febrero crece en la conciencia de nuestra patria y en los corazones de los que deseamos un mejor futuro para nuestros hijos y nietos.
Euri Cabral es comunicador y economista

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