viernes, febrero 15, 2008

El delito de ser político


¿Qué valor se le puede atribuir a las decisiones y opiniones de Segura como funcionario del Estado? Descalifica la de aquellos que supone vinculados al PRD, pero él está vinculado a la más alta jerarquía de su partido

Por Manuel Quiterio Cedeno / El Caribe


Se ha convertido en un hecho común los intentos de funcionarios del Estado para descalificar a sus críticos y disidentes acusándolos de actuar por motivaciones políticas. Esta es una práctica que viene de lejos.

Por ejemplo, Radhamés Segura intentó restar valor al informe de la comisión independiente de santiagueros notables que hizo una investigación sobre el desagüe del embalse de la represa de Tavera, y concluyó en que hubo negligencia en la operación, lo que conllevó a que la noche del 12 de diciembre, fuera necesario lanzar tanta agua al río, que se produjo un gran desastre desde Santiago hasta la desembocadura del Yaque del Norte.

Segura, miembro del Comité Político del PLD y político muy destacado, le restó valor al informe de la comisión alegando que varios de sus integrantes son personas vinculadas al PRD. Como dice el Evangelio, él está viendo la paja en el ojo ajeno sin reconocer la viga que tiene en el suyo.

Siguiendo esta lógica del absurdo, ¿qué valor se le puede atribuir a las decisiones y opiniones de Segura como funcionario del Estado? Descalifica la de aquellos que supone vinculados al PRD, pero él es mucho más que vinculado; ya que forma parte de la más alta jerarquía de su partido.

¿Qué lo hace diferente de aquellos a quienes invalida? ¿La magia del decreto presidencial que lo nombra, además firmado por otro político?

Nuestros políticos, convertidos en funcionarios, devalúan la militancia partidaria o las simpatías políticas de los ciudadanos, al negarle calidad para participar en los asuntos públicos a personas a quienes señalan como dirigentes o relacionados de los partidos contrarios.

En la práctica acusan a los disidentes del delito de tener ideas políticas. ¿Y qué decir de ellos, que son funcionarios porque militan en un partido?

Más que un absurdo, es una majadería sin sentido, el hecho de que un político profesional responda las críticas a su gestión pretendiendo inhabilitar a sus críticos, acusándolos de tener simpatías políticas; y cometiendo la bobada de usar esta excusa para escurrir el bulto y evitar responder a los argumentos enarbolados para cuestionar sus actividades como en la administración pública.

Quien quiere administrar lo público, que es de todos, está sometido al escrutinio de todos.
Manuel Quiterio Cedeño es periodista
mquiterio@cicomnews.com

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