jueves, febrero 14, 2008

Al día

El Nacional, Vespertino Dominicano

POR JUAN JOSE AYUSO


Danilo Medina no asistió a la proclamación del presidente y candidato Fernández. La actitud es coherente con su aislamiento de la campaña política después de su discutible derrota en el congreso elector del Partido de la Liberación.

El precandidato, cuando se conocía ya la tendencia de votos favorables al entonces presidente y precandidato, se limitó a declarar que atribuía su derrota al gobierno del Estado, a los recursos financieros y de todo tipo empleados contra él por su adversario.

La ausencia de Medina ha sido, también, una respuesta a la política tradicional que manda no desafiar ni decirle que no ni renunciarle a un presidente de la República.

Días antes del congreso y al lanzar su precandidatura el 27 de marzo, el presidente Fernández había confesado lo que contiene el párrafo siguiente:

“Por formación y temperamento no tengo vocación mesiánica ni tampoco actitud de caudillo, pero hace dos años dos colosos de la política dominicana, Juan Bosch y Joaquín Balaguer, me hicieron una encomienda y me pasaron una antorcha para guiar los destinos de la República Dominicana. Hoy mantengo en alto esa antorcha que sirve para proteger el sueño de los dominicanos. Estoy conciente de que también llegará ese momento en que yo tenga que pasar esa antorcha a quien Dios haya escogido como mi sucesor, pero todavía ese momento histórico no ha llegado”.

Fernández es el candidato del PLD ahora y lo será, gane o pierda, en el 2012 y en lo adelante. El es el “Balaguer joven” que en un acto delirante, Tony Raful anunció que sería Jacobo Majluta.

Medina pudo haberse retirado en ese momento, como otros dos que evitaron el ridículo de que les contasen los votos (Jaime Fernández Mirabal y José Tomás Pérez), pero uno ni el otro tenía el trabajo, las relaciones y los compromisos del primero con un sector amplio de las bases del PLD.

¿Cómo haber atraído al acto de proclamación del presidente y candidato al ahora importante precandidato perdedor? ¿Con la promesa de antemano de apoyarlo en un acaso, aunque fuera a regañadientes como en 2000?

¿Con la palabra empeñada de quien mediante la estratagema, la trapacería y la trapisonda ha logrado la propiedad absoluta del PLD mediante la concesión de favores y el clientelismo de alto y de bajo niveles?

A Medina, a pesar de todo, le faltan todavía dos o tres estaciones de su “via crucis”.

Si el presidente y candidato gana las elecciones, las gana él y consolida su reinado como caudillo mesiánico del PLD. Y volvería a ser candidato en 2012. Y si pierde, esa “cuaba” se la echarán a Medina, quien con su actitud se habría sumado a la de una oposición a la que siquiera por teléfono se ha acercado.

Pero se dé el primero o el segundo caso, el 17 o 18 de mayo empezará la nueva campaña presidencial del presidente y candidato Fernández.

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