Escuché la semana pasada que el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano había contratado a Alan Greenspan, el genio mundial de la economía, con el propósito de que le brindara asesoría en ese campo.
No he confirmado la información pero, de ser cierta, creo que la misma debería ser motivo de regocijo para todos los dominicanos. Alan Greenspan, hoy con ochenta y dos años de edad, es el único norteamericano que ha ocupado la presidencia de la Reserva Federal estadounidense por cerca de dos décadas, posición que asumió en 1987 contratado por el entonces presidente Gerard Ford.
A los pocos meses de estar en el cargo, enfrentó su gran primera prueba cuando la bolsa norteamericana sufrió una de las mayores caídas de su historia con un descenso de más de 20%. Días más tarde, en la prensa estadounidense apareció un titular que decía “Éxito en la Prueba: El nuevo presidente de la Reserva Federal consigue la aprobación nacional por su forma de manejar la crisis”. A partir de ese momento y hasta que abandona sus funciones en febrero del 2006, Greenspan sería considerado mundialmente como genio de la economía.
Durante casi dos décadas, Alan Greenspan, manejó la política monetaria de los Estados Unidos. Siendo calificado de “leyenda” por Bush, fue confirmado en la posición por demócratas y republicanos, ganándose el respeto y la admiración de sus conciudadanos a tal punto que, en el dos mil cuatro, un titular del New York Times decía “¿Quién necesita a Dios si tenemos a Alan Greenspan?” El pasado sábado Greenspan concertó la atención cuando –en una conferencia que dictaba en Cambridge- afirmó que la economía norteamericana estaba “al borde de la recesión” y de inmediato la comunidad económica internacional se alarmó con la profecía del Gurú.
Ojalá, el MVP haya obtenido la asesoría económica del Maestro para el país, no porque consideremos a los de aquí incapaces, sino, sencillamente, porque lo necesitamos.
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