Encuesta para las encuestadoras

Freddy Ortiz, Listín Diario

Preguntas del cuestionario: 1. ¿Podrían jurar que son totalmente honestos en la forma de hacer las preguntas, de manera que la respuesta no sea inducida hacia un objetivo predeterminado? 2. Al diseñar las muestras, ¿toman en cuenta las votaciones de las elecciones anteriores, para no inclinar las muestras a favor de uno u otro grupo? 3. ¿Por qué, si prácticamente todos los días hay un trabajo de campo, ya sea para encuestas de preferencias políticas o para asuntos de mercadotecnia, es tan difícil encontrar a alguien que certifique haber sido encuestado? 4. ¿Por qué ó en el caso específico del presente torneo electoral ó todas son tan similares en la asignación de porcentajes para Amable Aristy, Candelier y Eduardo Estrella, pero muestran tan sospechosas distancias entre Leonel y Miguel? 5. ¿Han cuantificado, alguna vez, la credibilidad de sus encuestas? 6. ¿Han medido cuál es la capacidad de ese instrumento de investigación, para incrementar el porcentaje de la intención de voto a favor del candidato que aparece en primer lugar? 7. ¿Están seguros de que los encuestados entienden bien la totalidad de las preguntas formuladas? 8. ¿Actúan ustedes conscientes de que las encuestas se han convertido en un mecanismo publicitario, en vez de un instrumento de estudio para el diseño o corrección de estrategias? 9. ¿Han preguntado qué opina el ciudadano común sobre el cada vez más descarado “saltimpanquismo político”, que se vende por beneficios materiales? 9. ¿Le han preguntado al encuestado si cree que las encuestas le ayudan a resolver sus intereses personales y preocupaciones comunitarias? Perdón, pero es que el suscrito, cuando ha manejado el marketing político de candidatos, utiliza las encuestas para afinar o reorganizar sus estrategias, no para alimentar lo que se está convirtiendo en una especie de narración de carrera de caballos.
Por demás, luego de mucho analizar detalles de las encuestas publicadas (la mayoría de la gente ve apenas las cinco primeras cifras) sólo tengo confianza en dos de las empresas que bailan en el cada vez más desacreditado baile del relajo de las encuestas, como arma propagandística.

El autor es publicitario.
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