POR JUAN TAVERAS HERNANDEZ
El gobierno puso en marcha una campaña en contra del candidato del Partido Revolucionario Dominicano sin recibir respuesta.
Le pedía que explicara el origen de su fortuna, lo implicó en el lavado de activos en sociedad con empresarios españoles. Lo acusó de prevaricación por hacer negocios con el Estado mientras era funcionario, de corrupción y de cosas incluso de su vida privada.
Nadie se escandalizó por esa campaña sucia. Al contrario, muchos medios de comunicación participaron reproduciendo las acusaciones del gobierno a través de funcionarios y dirigentes del PLD.
En la Junta Central Electoral no hubo comentarios a pesar de que le ley le da facultad para “reglamentar la propaganda en los medios de comunicación, con el fin de evitar distorsiones, alusiones calumniosas o injuriosas que afecten el honor o la consideración de candidatos o dirigentes políticos…”.
No hubo editoriales llamando a evitar la violencia verbal; la cúpula de la Iglesia guardó silencio; el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que hace mucho dejó de hablar mediante sentencia, tampoco se refirió al tema. Nadie pidió diálogo, nadie solicitó ecuanimidad ni respeto.
Durante más de un año se escucharon los insultos y las acusaciones contra dirigentes del PRD, acusados de ladrones, criminales, narcotraficantes, brutos, burros, perros…. Pero cuando el PRD decide responder golpe por golpe, se levanta un mar de protesta por los supuestos insultos en contra del candidato a la reelección presidencial. Tanto es así, que cuando el PRD muestra las fotos del presidente de la República junto al deportado por tráfico de drogas, Nelson Solano, se produjo una verdadera tormenta en los medios de comunicación que arrasó con una buena parte de las bocinas que hasta ese momento no sabían qué hacer, ni que decir hasta que el gobierno responde de manera torpe e insustancial. Un periódico tituló: “Gobierno responde insultos del PRD”. ¿Cuál insulto? Según el mata burros de la Real Academia de la Lengua, insultar es ofender a alguien provocándolo e irritándolo con palabras y acciones. Es atacar, acometer. En tanto que insulto es acontecimiento o asalto repentino y violento.
Quiere decir que no es el PRD quien ofende, es el PLD, es el gobierno. Sólo que el PRD no se gasta todos los meses cerca de 700 millones de pesos mensuales en los medios de comunicación y en las bocinas para tergiversar los hechos, manipular informaciones y crear una corriente de opinión siempre a su favor. Esos 700 millones al mes, más de 8 mil millones al año, sirven para convertir la verdad en mentira y la mentira en verdad, para hacer del asesino un inocente y del inocente un asesino. El que controla los medios controla y dirige la sociedad.
Con ese poder mediático el Presidente de la República hace y dice lo que quiera. Al presidente de Estados Unidos, hace poco le contaron las mentiras de su gobierno, casi mil, para justificar la invasión a Irak. Si le contáramos las mentiras al Presidente dominicano se podría llenar un libro del tamaño del pequeño Larousse. Pero nadie en este país cometería un “insulto” semejante sin pagar un precio por ello.
El PRD denunció el préstamo de 130 millones de dólares sin pasar por el Congreso. De inmediato el gobierno inició una campaña de prensa monstruosa con espacios pagados, comentarios de apoyo de las bocinas, etc., en lo que se gastó una fortuna. Para negar la ilegalidad del préstamo se utilizó no sólo a los medios, sino a representantes de la Iglesia, del Ministerio Público y hasta de la Suprema Corte de Justicia que aún no da el fallo porque el caso es político y porque la campaña está en marcha y cualquier decisión será un problema para los honorables jueces.
¿Es insulto pedir explicaciones sobre130 millones de dólares que este pueblo tendrá que pagar con su sudor y con su pobreza?
Lo mismo ocurre con el abogado Nelson Solano Guzmán, extraditado por narcotráfico, que según la Suprema Corte de Justicia tenía asignadas 18 obras por valor de cinco mil millones de dólares, unos 165 mil millones de pesos. ¿Es un insulto pedirle al Presidente una explicación? ¿Es un insulto pedirle que explique por qué le asignaron obras importantes sin ser ingeniero? ¿Es un insulto preguntarle si esas obras pertenecen al señor Solano o eran de otras personas, que él es un testaferro, un buscavida como parece? ¿Es un insulto preguntarle al presidente cuántos Nelson Solano hay? ¿Es un insulto preguntarle sobre la muy poderosa Fundación Global? Todos los funcionarios, incluso el presidente, están obligados, por ley, a rendir cuentas, a dar explicaciones. Nadie puede sentirse ofendido porque le pidan explicaciones sobre sus acciones desde el gobierno, porque el Estado no es patrimonio del Presidente ni de ningún funcionario. Es patrimonio del pueblo. De nadie más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario