La columna de Miguel Guerrero

Por Miguel Guerrero / El Caribe

Durante el fin de semana recibí tres correos electrónicos de dominicanos residentes en Europa alarmados por las repercusiones que han producido allí la abrupta penetración de un contingente militar armado a un hotel en Las Terrenas.

Según las versiones transmitidas en esos mensajes, los turistas fueron tratados a empujones y obligados a salir del inmueble.

Por otra parte, de acuerdo con la prensa nacional la intervención fue el resultado de una litis judicial entre dos empresarios hoteleros.

Los militares fueron llevados allí en compañía de un alguacil judicial que aparentemente estaba amparado en la orden de un juez.

Uno de los remitentes me explica que su informante en España había recibido una llamada de un pariente que estaba hospedado en el hotel con un grupo de turistas europeos de diversas nacionalidades.

La persona que le comunicó la noticia le dijo que su hermana estaba histérica y asustada en medio de una situación de pánico manifiesta entre los visitantes, que habían sido prácticamente forzados a sacar sus pertenencias a punta de fusil.

El grave incidente al parecer también ha causado consternación en Estados Unidos.

Ayer, por ejemplo, en mi programa Portada 15, se recibió una llamada desde el Bronx, Nueva York, de un dominicano que decía sentirse horrorizado por las noticias que sobre el particular se difundían allí.

Situaciones como la ocurrida en un hotel de ese paraíso terrenal llamado Las Terrenas tienen un efecto grave sobre el turismo dominicano y pueden echar por tierra todos los esfuerzos que se realizan para promover la industria y aumentar el flujo de visitantes extranjeros.

Es difícil entender las razones por las cuales, las autoridades prestan la fuerza pública para este tipo de desalojo que pone en entredicho el clima de inversión y de seguridad que debe garantizar el sector turístico a los visitantes extranjeros.

Miguel Guerrero es escritor y periodista
mguerrero@mgpr.com.do