sábado, febrero 23, 2008

Al día/Pollos y huevos de oro (3)

POR JUAN JOSÉ AYUSO

Y 3.- En algún momento, políticos se cansaron de depender de los empresarios e iniciaron su acumulación original. Ya hombres de negocios, se convirtieron también en empresarios.

Los empresarios se quedaron dentro de su escenario aunque algunos, con muy mala experiencia, han tratado de hacer carrera política. Como no dio resultado, “zapatero, a tus zapatos”.

Los polleros y hueveros se dieron cuenta de que en el mercado moderno hay que cultivar la publicidad, para la venta de sus productos, y las relaciones públicas para la de su prestigio empresarial.

Por eso cuentan con relacionistas, medios y periodistas para que su voz se escuche más alta y con más frecuencia en la radio, la televisión y la prensa.

Esto último lo copiaron de políticos, algunos de los cuales son, sin miramiento o rubor, también columnistas de prensa y comentaristas de radio y televisión quienes, además, se “guillan” de independientes, objetivos y “patriotas de la patria”.

Los polleros y hueveros no tienen a mucha gente disfrazada de “periodista” o “comunicadora”, salvo dos, con programas de radio y televisión y uno de los cuales, cuando inició la prohibición, aseguró con arrogancia y poco talento que “a los haitianos les interesa más comprarnos que a nosotros venderles”.

A raíz de la medida, lo menos que se ha escuchado en radio, televisión y artículos y en declaraciones de los propolleros y prohueveros, es la declaratoria de un estado de guerra a Haití.

Un par de locos de diferente género, en la radio, propuso que las “gloriosas fuerzas armadas” dieran un ejemplo y que no se descansara hasta que todos sus generales (en realidad de “chuflai”, “chicle pollito” y “lo mío”) tomaran a Puerto Príncipe.

Mientras, polleros y hueveros elevaban el tono de sus lamentaciones y quejas con la monserga de que perdían sobre cinco millones de pesos diarios. En el mercado bajaba el huevo pero no los pollos. (El gobierno, por supuesto, les ha tendido la mano de RD$ 270 millones).

Como el país está acostumbrado a que empresarios califiquen de “pérdidas” lo que dejarían de ganar -sus márgenes de beneficio son los mayores del capitalismo-, eso de los cinco millones diarios trajo sus dudas. (La suma de esas “perdidas”, de enero acá, iba por 600 millones a principios de febrero.)

¿Qué cantidad de pollos y de huevos se exporta a diario a Haití y cuál es el monto de esa exportación? Y, si la exportación ha sido suspendida, con lo que aumentaría la oferta al mercado nacional, ¿por qué los pollos no han experimentado siquiera la pequeña rebaja de precio de los huevos?

Y, lo más importante, otra vez: ¿cuál es el monto en dólares de la exportación de pollos y huevos a Haití y cuál, de ese total, es la cantidad que de acuerdo con la ley se entrega al Estado?

Las plumas y los cascarones de este negocio “redondo” están muy bien escondidos. A ver si el consumidor, el Estado y el fisco los encuentran, los cuentan y se saca cuentas.

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