Hoy, Matutino Dominicano
Tengo para decirle, mi querido Magino, que el amigo comentarista Raúl Pérez Peña (El Bacho) no es un manicito tostado. Pero por encima de todas las cosas, El Bacho es un ciudadano en pleno disfrute de sus derechos civiles y políticos.
¿Qué El Bacho es un hombre de izquierda? ¿Y qué? Le da la gana de serlo. ¿Qué El Bacho fue guerrillero en 1963 cuando un grupo de hombres jóvenes se fue a las montañas a luchar contra un gobierno de facto que cercenó la constitucionalidad? El Bacho entendió que esa era la mejor manera de cumplir con su deber.
Lo que sí es una realidad es que El Bacho jamás ha sido un delincuente y por el contrario, es un hombre dedicado al trabajo, enemigo de las prebendas, de las canongías. Hace unos años tuve el placer de conocer a un hijo de El Bacho.
El encuentro fue en París y allí supe que El Bacho trabajaba “horas extras” para costear los estudios y la permanencia de su hijo en una de las ciudades más caras del mundo. El Bacho es tan radical que no aceptó beca de tipo alguno y mucho menos recursos que vinieran del Estado...
El Bacho tenía 12 años produciendo el programa “Nocturnal”. En ese programa, el Bacho le daba cajeta al gobierno, circunscribiéndose a las leyes vigentes. Ese era su derecho, su legítimo derecho.
El miércoles en la noche, cuando El Bacho llegó al canal para hacer su trabajo diario, agentes policiales comandados por un coronel, le impidieron la entrada al mismo. La primera reacción de El Bacho fue atribuir la medida a presiones ejercidas por el gobierno sobre los dueños del canal.
Pero el propietario de la televisora negó la especie y aseguró que el espacio que ocupaba El Bacho, de 9:00 a 10:00 de la noche, fue arrendado a una entidad cristiana que pagó tres meses por adelantado y que la suma por cada mes triplica el valor cobrado al creador de “Nocturnal”...Mire, Magino, y que El Bacho me perdone, no se le puede negar al dueño del canal el derecho a manejar su empresa como lo crea conveniente.
Ahora bien, hay formas para decir las cosas y formas para tomar medidas, por más odiosas que éstas parezcan. Si a El Bacho se le canceló su espacio por problemas económicos, ¿no podía comunicársele eso por una simple vía administrativa? Lo chocante es usar la fuerza pública para evitar la entrada de El Bacho.
Y más chocante es que la Policía diga que envió la patrulla por seguridad, para proteger la propiedad privada. Cabe suponer que la patrulla se decepcionó cuando vio que El Bacho no llegaba a bordo de un tanque de guerra. Carajo, hasta cuando estaremos metiendo la pata por pendejaditas!...
Ni tan bobo es el presidente Fernández para ir a Estados Unidos, en gira política con cargo a los recursos del Estado. Ya se comprende por qué Balaguer administraba su silencio.
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