Alberto Cortés Ramos
-DE EL NUEVO DIARIO, MANAGUA, NICARAGUA-
De encuestas y resultados electorales
En los últimos años, lo único consistente de la mayoría de las encuestas electorales ha sido la inconsistencia de sus resultados con respecto a los que arrojan las urnas. Una y otra vez, diversas casas encuestadoras le han augurado la Presidencia a candidatos que han fracasado en su intento y se han mostrado incapaces de captar el surgimiento de nuevas fuerzas y liderazgos que han transformado el mapa político de varios países a lo largo y ancho de América Latina.
Nicaragua no es la excepción a esta tendencia regional. De hecho, la mayoría de las casas encuestadoras comerciales se han prestado al juego de ciertos medios de comunicación y de poderes fácticos (económicos y políticos) en el intento de crear una lógica de polarización Ortega/Montealegre
El intento mediático de polarización
En términos esquemáticos, este intento tiene cuatro características principales:1) Sobredimensionar a Daniel Ortega poniéndolo muy cerca del 35%, con el propósito de generar el voto miedo y movilizar a los independientes a favor de Montealegre.
2) Proyectar a Montealegre como el más cercano a Ortega y como el único que puede derrotarlo intentando transformar el miedo en “voto útil”.
3) Minimizar a José Rizo para quitarle votos liberales.
4) Reducir al máximo la intención de voto por Mundo Jarquín para inducir a los votantes independientes a votar por Montealegre con el argumento de no perder el voto.
Quienes promueven esta lógica no se dan cuenta de que la manipulación mediática tiene límites, subestimando el sentido común y la intuición política del pueblo nicaragüense. También es una muestra de que no entienden que Nicaragua se ha transformado abriéndose paso una nueva ciudadanía que no responde a este tipo de argumentación maniquea o bipolar de buenos y malos. Es una generación que nació después de finales de los 80 y por ello es poco permeable al discurso del miedo y de la polarización Ortega/anti-Ortega y, por el contrario, están cansados de la corrupción, de la polarización social y de la falta de democratización de las oportunidades de los últimos gobiernos. Por ello, a lo que aspira esta generación de votantes es a un cambio honesto y solidario.
El factor Güegüense y el escenario electoral más probable
Sin embargo, la tergiversación de las encuestas y la manipulación mediática no son los únicos factores que dificultan la comprensión de las nuevas tendencias que se están configurando en la ciudadanía nicaragüense. Existe un factor cultural, la tradición Güegüense, herencia de la malicia indígena del pueblo de ocultar su verdadera identidad e intenciones a quienes detentan el poder. Sin lugar a dudas, la figura política que más ha sufrido el fenómeno Güegüense es Daniel Ortega, que ha sido engañado por el pueblo en tres ocasiones y de nuevo lo será en esta elección.
La elección a cuatro bandas hará que el espíritu del Güegüense se manifieste de manera distinta a las elecciones anteriores, canalizándose no sólo en contra de Ortega, sino a favor del candidato que mejor haya logrado capturar el deseo de cambio al que aspira el pueblo nicaragüense. Por ello, es muy probable que el 5 de noviembre ocurra el siguiente escenario:
- Ortega obtendrá el peor resultado electoral de su historia y sacará menos votos que lo que indican las encuestas. El eterno candidato del FSLN se encuentra estancado en el 30% de intención de votos, pero bajará aún más debido a que tiene un voto blando de sandinistas antidanielistas de alrededor del 5%, que terminará castigando el oportunismo del dúo Ortega-Murillo reflejado en el vergonzoso apoyo del FSLN a la eliminación del aborto terapéutico; el abuso del tema religioso en el discurso del candidato; su extraña alianza con el cardenal Obando; sus pactos electorales con sectores del somocismo y de la contra, así como la candidatura de Jaime Morales a la Vicepresidencia.
- El campo liberal resultará fuertemente dividido. Esta división es resultado de errores y aciertos de las campañas de Montealegre y Rizo. En el caso de la ALN, su campaña ha tenido una falta de claridad estratégica que lo metió en el terreno de Rizo con el tema de la fortaleza organizativa, en el que el PLC le lleva ventaja. Además, ha tenido un exceso de anuncios sin un claro hilo conductor y una exagerada pautación que produce un efecto de saturación y cansancio en el electorado, particularmente en los independientes; ha hecho un cierre de campaña saturado de mensajes negativos, apelando al miedo y al “voto útil” anti-Ortega obviando el carácter crítico y reflexivo de la población independiente y joven que rechaza este tipo de campaña. A ello se agrega la incapacidad de Montealegre de responder a los ataques de Rizo y al Talaverazo que le asestó el FSLN.
En el caso de la campaña de Rizo-PLC, ha tenido una estrategia coherente desde el inicio, apostando por demostrar la fortaleza de su estructura partidaria. Esa estrategia culminó con una plaza pública masiva en Managua como cierre de campaña, actividad que dejó mal colocado el argumento de Montealegre de que es el único que tiene la fuerza para derrotar a Ortega. También Rizo ha tratado de distanciarse de Alemán y del pacto, lo que es poco creíble fuera del liberalismo, pero que le ha dado réditos dentro del campo liberal.
El empate perceptual entre las dos fuerzas liberales dificultará una transferencia masiva de votantes de un partido al otro. El cierre exclusivamente negativo de la campaña de Montealegre le implicará una pérdida de votantes jóvenes e independientes.
- Edmundo Jarquín obtendrá una votación mucho más alta que lo que las encuestas indican. Esto sucederá por los aciertos de su campaña electoral que incluyen una estrategia coherente que ha logrado construir la percepción de que Mundo es el único candidato que puede canalizar los grandes anhelos de cambio honesto y solidario que tienen importantes segmentos de votantes. Además, la campaña publicitaria ha sido provocadora, propositiva y optimista conectando con grupos importantes de votantes tales como gente joven e independientes, mujeres y miembros de hogares con migrantes. A ello se suma un cierre emocional y esperanzador, incluyendo la presencia del candidato fundador del movimiento, el muy querido Herty Lewites (q.e.p.d.). Esto, sumado a los errores de las campañas Murillo-Ortega y Montealegre, les atraerá votantes sandinistas e independientes en los últimos días de la elección.
Si bien la principal debilidad de la Alianza Herty-MRS es su débil presencia en zona rural en ciertas partes del país, también es cierto que tiene una fuerte presencia urbana y que el voto rural al estar muy dividido entre las demás fuerzas políticas se neutralizará.
Desde mi punto de vista, en política no hay nada más poderoso que una idea a la que le llegó su momento. Creo que la combinación de estos factores conducirá a una segunda ronda electoral en la que estará presente Mundo Jarquín. Frente a este análisis habrá incrédulos que preferirán el autoengaño complaciente o le creerán a encuestas manipuladas de manera evidente y apostarán por tradiciones políticas desgastadas. A ellos les digo que, al igual que en 1990, este 5 de noviembre serán sorprendidos por el espíritu Güegüense del pueblo nicaragüense.
Politólogo
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