Lo menos que se le puede pedir al Gobierno es que se baje de esa nube y venga aquí a la realidad. El mensaje del bolero popularizado por Fernando Álvarez es condescendiente, respetuoso y conservador. ¿Cuál es la nube? En la que el Gobierno vive y cree que los de abajo ignoran.
¿Cuál es la realidad? La que vive la mayoría de los dominicanos y que el Gobierno ignora. La nube en que el Gobierno vive es un clon de Nueva York y de Hollywood. Contrario al “llorar y llorar” del maestro José Alfredo Jiménez, en esa nube se puede gastar, gastar y gastar. Hay que hacer un Metro tipo Tokio, aunque se queden en banda la salud y la educación de los dominicanos. También se puede nombrar y nombrar botellas y más botellas. Total, eso lo paga el Gobierno y se reproduce en votos.
En la realidad de abajo, la gente no aguanta más. Apagones, altos precios por los servicios, comida cara, educación difícil, salud impensable. El grito llega al cielo, y falta lo peor. Al aplicarse los nuevos impuestos y cuando se aplique el Tratado entre Lobos y Corderos (TLC), la situación se volverá grave en extremo, sobre todo para los pobres.
Más desempleo, más drogas, delincuencia, criminalidad. Mayor frustración. Lo peor es que el Gobierno sigue a toda milla, desoyendo cuestionamientos, señalamientos y advertencias. De ahí la incertidumbre cada vez mayor y la creciente preocupación por lo que pueda suceder.
El Gobierno se esta quedando solo. No porque algunos le hayan sacado el pie, sino por la impopularidad de sus ejecutorias. Un equipo con antecedentes de perdedor, donde el protagonismo individual se suma a la improvisación por doquier, está obligado a cambiar la alineación.
La defensa de los sectores organizados, algunos por no desaparecer del mapa, genera problemas a las alturas del Palacio, aferrada a seguir en las nubes, cueste lo que cueste. Pero, tarde o temprano, se abrirá paso el mensaje del bolero: “Bájate de esa nube y ven aquí a la realidad”. |
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