martes, noviembre 21, 2006

Impuestos, memoria y olvido

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Por Frank Marino Hernández

-DE EL CARIBE, MATUTINO DOMINICANO-

Es más fácil hablar de impuestos que aplicarlos pues una cosa es estar conforme hipotéticamente que estar convencidos de cómo manejar la realidad para satisfacer el gasto estatal y la capacidad de pagar del pueblo

1- Después de 1965 la Universidad de Santo Domingo era un hervidero de inquietudes intelectuales. Muchos profesores eran abanderados de la renovación.

Hubo un Movimiento Renovador, y los más entusiastas profesionales eran parte, de alguna manera, de la lucha por cambiar los viejos moldes - buenos o malos - heredados de la dictadura.

En los días siguientes, un economista fogoso defensor de las ideas más modernas para el manejo de la política fiscal, repetía, como un credo contagioso, que había que evitar las penalizaciones a los sectores populares con los llamados impuestos regresivos.

Explicaba cómo un peso de aumento del arancel cobrado en las Aduanas se convertía en muchos pesos al momento de ser pagado por el contribuyente.

Le llamaba atractivamente “efecto de piramidación de los impuestos” y de cómo un impuesto como el Itbis de productos de la canasta familiar representaba para los pobres una carga relativa mayor aunque el porcentaje de ese impuesto fuera el mismo para pobres y ricos.

Ahí estaba lo regresivo, que ricos y pobres pagaran lo mismo aunque sus ingresos y ganancias fueran abismalmente diferentes.

Examinemos los argumentos de las autoridades y veremos como cambian las cosas con el tiempo!

2- A principio de este año escuché a un amigo peledeísta recordar penas y alegrías del paso del partido y de Leonel Fernández por su primer periodo de gobierno.

Contaba cómo “Coquito”, el entonces y ahora, director de Aduanas, había conseguido que en ese lapso los ingresos arancelarios aumentaran en un 50%. ¿Cómo lo hizo? ¿Subiendo los aranceles? No, bajándolos.

Sin cambiar la ley, le buscó la vuelta al tremendo problema de la evasión, hizo una reducción en la valoración de las mercancías importadas y consiguió que más importadores pagaran más, y el Gobierno salió ganando.

Cocco, el mismo Cocco de entonces, está ahora en la Aduana con la misma eficacia y espíritu de servicio, pero parece que su ejemplo pasado ya cayó en el olvido.

3- Desde 1848, época de hambruna, Irlanda se empobreció de manera alarmante para ser uno de los países más atrasados de Europa.

En la última década del siglo XX cambió el liderazgo y la visión del presente y futuro del país.

Se bajaron impuestos y se atrajo realistamente la inversión extranjera. Se optó por la modernización.

Hoy ese país tiene un nivel de vida envidiable, tanto que el CEI-RD ha llevado dominicanos para que se contagien.

Con la reforma fiscal en proceso pensemos en estas referencias.


Frank Marino Hernández es sociólogo


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